HIJITOS, REVESTÍOS CON EL ESTANDARTE DE LA SANGRE DE MI HIJO, HACED SU ROSARIO Y GETSEMANÍ Y LAS FUERZAS DEL MAL SERÁN DERROTADAS
LLAMADO DE MARÍA SANTIFICADORA AL EJÉRCITO MILITANTE. ALTO DE GUARNE. ANT.
ENERO 22 DE 2012 - 2:30 P.M.
Hijitos, que la paz de Dios esté con vosotros y mi santa protección os libre de todo mal.
Los días del aviso están cerca, no temáis mis pequeños, orad y confiad y todo saldrá conforme a la voluntad de mi Padre. Alegraos, porque vuestra felicidad os espera en los nuevos cielos y en la nueva tierra. Ofreced vuestra purificación como ofrenda a Dios, por la salvación de los pecadores. Vosotros sois el pueblo de Dios, ¡seguidme y tomadme de mis manos y os llevaré seguros a las puertas de la Jerusalén eterna!. Os digo, que vuestra purificación será más llevadera, si os depositáis en nuestros dos corazones. No temáis mis niños, yo la eterna pastora, cuidaré de todos vosotros, rebaño de mi Hijo.
No os asustéis por los días que vienen, acordaos que vuestra oración será vuestra protección y la fidelidad a Dios en las pruebas, será vuestro pasaporte a la nueva creación. Refugiaos en mi corazón inmaculado y mis rayos de luz, os guiarán y protegerán en vuestro paso por el desierto. Dichosos vosotros, porque seréis habitantes de la nueva creación; cuantos quisieron estar en estos días, para poder contemplar mañana el rostro de Dios. ¿No os habéis puesto a pensar en todo esto?. Alegraos y regocijaos en el Señor y en vez de estar tristes, lo que debéis es sentir gozo en vuestro espíritu, por la segunda venida de mi Hijo.
El Reino de Dios muy pronto vendrá a reinar en vuestros corazones; la alegría, la paz y el gozo en el espíritu, ya nadie os lo podrá robar. Si supierais cuán hermosa es la Jerusalén Celestial, es el regalo más grande que mi Padre os tiene reservado para después de la purificación. El gozo más grande en esta tierra es nada, comparado con lo que os espera en la nueva creación; ni el ojo vio ni el oído escuchó, lo que Dios tiene reservado para su pueblo fiel.
Hijitos os pido que oréis por vuestros familiares difuntos y antepasados, mi Padre quiere darles el gozo de la vida eterna, a todas aquellas almas que yacen en el purgatorio; espera que vosotros ofrezcáis por ellas vuestras oraciones, obras, ayunos, penitencias y santas misas, como también vuestra purificación; si ofrecéis a mi Padre este ayuno de amor por las almas, ellas os lo agradecerán y se convertirán en intercesoras vuestras en este mundo y cuando lleguéis a la eternidad. Orad también hijitos míos, por las almas de los sacerdotes y religiosos en el purgatorio y muy especialmente por aquellas pobres almas más necesitadas de la misericordia de Dios. Las santas misas escuchadas con devoción y ofrecidas por las almas, liberan a muchas del fuego del purgatorio; el rosario de la misericordia de mi Hijo, ofrecido al Padre por el eterno descanso de las almas, libera también a muchas; mi santo rosario, especialmente los misterios dolorosos, si los ofrecéis al Padre por el descanso de las almas, también las libera del fuego del purgatorio; mi novena en la advocación de la virgen del Carmelo es poderosa para el rescate y liberación de muchas almas. Ayudadme pues hijitos míos a rescatar almas, no solo las que están en el purgatorio, sino también las que vagan por este mundo sin Dios y sin ley.
No olvidéis la devoción a la Preciosísima Sangre de mi Hijo, ella os librará de muchos males; este regalo que mi Padre os da para estos tiempos, no lo podéis desaprovechar, la Sangre de mi Hijo de nuevo os dará la libertad.
Hijitos, revestíos con el estandarte de la Sangre de mi Hijo, haced su rosario y Getsemaní y las fuerzas del mal serán derrotadas. Ánimo pues mis pequeños, porque se acerca la hora de vuestra liberación. Que la gloria de Dios os cubra con su manto. Vuestra Madre, María Santificadora.
Dad a conoced mis mensajes, hijitos de mi corazón.
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