viernes, 2 de septiembre de 2016

MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA A SU AMADA HIJA LUZ DE MARÍA 15 DE SETIEMBRE DEL 2016

MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
A SU AMADA HIJA LUZ DE MARÍA

15 DE SETIEMBRE DEL 2016


Amados hijos de Mi Corazón Inmaculado:

Mi Bendición Materna les acompaña, como una madre se mantiene al lado de su pequeño hijo.

YO LES LLAMO A REENCONTRAR EL VERDADERO MISTERIO QUE VIVE Y PALPITA DENTRO DE USTEDES.

EL VERDADERO MISTERIO ES MI HIJO, VIVE EN USTEDES…
NO DEBEN BUSCAR EN EL MUNDO, LO QUE VIVE DENTRO DE CADA UNO.

Los sentimientos del hombre son tan incontables, y tan impredecibles los afectos del corazón, hasta que el deseo de enmendar el camino llegue a ser la primera meta.

MI HIJO LES LLAMA A RENOVARSE, ESTO ES: A FUSIONARSE CON ÉL EN TODA LA EXTENSIÓN DE LA PALABRA.

El yo humano se mantiene latente en Mis hijos, en un instante se deciden a mantenerse con Mi Hijo, y en otro instante, no…

El yo gobierna al hombre, tanto que ni se decide afirmativamente ni dice que no, se mantiene tibio, permitiendo que lo que le puede llevar a actuar y obrar en el bien, se mueva por las circunstancias del instante y por las oportunidades que considera beneficiosas.

Amados Míos, en este instante el pecado ha logrado convertirse en un hábito para el hombre. 

Yo les invito a que la Gracia sea en ustedes un hábito que logre oponerse al pecado. La Gracia conlleva la unidad, la superación del hombre y le ilumina.

La Humanidad continuamente supera el mal que cometió anteriormente. El mal que se ha permitido el hombre, le mantiene siendo un hacedor de maldad que supera al hombre mismo con gran desamor contra sus mismos hermanos. Ustedes creen que serán irrepetible las acciones impensables de este instante. No es así, esta generación debería haber sido preparada para luchar contra el mal, a sabiendas de que este instante es en el que los tentáculos del mal se levantaron y se esparcieron por la Tierra, tomando a Mis hijos cautivos para que unos hieran físicamente a sus hermanos, otros le hieran al corazón, otros a los sentidos, otros engañen a la Humanidad y otros luchen directamente contra la Iglesia de Mi Hijo.

EL MAL SE ENCUENTRA ACAPARANDO A MIS HIJOS CON GRAN RAPIDEZ ANTE LA PREMURA DE DOMINAR AL MUNDO. Quienes le sirven al mal, creen lo que el mal les hace saber y Mis hijos no creen en que este instante sea decisivo, pues es negado desde dentro de quienes son Mis Predilectos.

EL MAL NO ES FANTASÍA… Tienen que unirse quienes aman a Mi Hijo y reconocerse, afianzarse en la Ley de Dios y cada uno decidirse a ser un vocero del testimonio del Amor de Mi Hijo.

EL MAL ACTÚA CON EL VENENO DE LA MENTIRA, al ser la mentira parte del actuar y obrar del hombre, no logra divisarla, continuando dentro de lo que es indebido y pecaminoso.

¡Despierten, hijos Míos! Mi Hijo sangra ante el abatimiento al que es sometido Su Pueblo, ante la crueldad con que es perseguido el cristiano…, y ustedes no se deciden a buscar la conversión.

Amados hijos:  

LA PERSECUCIÓN SE GENERALIZARÁ, NO MIREN DE LEJOS LO QUE PUEDE LLEGAR A USTEDES SIN QUE LO PIENSEN NI LO BUSQUEN.

El demonio ha tomado mentes, corazones, razón, pensamiento, yo humano, intelecto humano, deseo humano y todo lo que puede acaparar, para que la Humanidad le permita que le controle y le lleve a cometer los actos más impensables que algunos de Mis hijos cometen.

El demonio lleva al hombre a repetir las acciones de sus espíritus del mal y como consecuencia de la irresponsabilidad espiritual de Mis hijos, se niegan a la confesión, al arrepentimiento, a dar testimonio de la Fe, se niegan a decir ¡no! al pecado, viven una vida espiritual a medias, sin compromisos y no han tomado consciencia de lo que verdaderamente es la Eucaristía.

SATANÁS NO ES MÁS PODEROSO QUE MI HIJO…

EL HOMBRE ES QUIEN SE ENTREGA AL MAL Y LE ENTREGA SU VIDA PRIMERO, Y LUEGO EL MAL, QUE SE HACE COSTUMBRE EN EL HOMBRE, LE LLEVA A PERDER EL ALMA SI NO DESPIERTA ANTE EL DAÑO QUE CAUSA.

Yo, como Madre de toda la Humanidad, les llamo a que no teman dar testimonio de la Fe en la Trinidad Sacrosanta, no teman ser Mis hijos, no teman ser reconocidos por el Amor de Mi Hijo que mora en ustedes. La verdadera fuerza del hombre proviene del bien, lo demás no es verdadero. La búsqueda de la Verdad es ardua y no la encontrarán fácilmente si no se disponen a ser los incansables buscadores de los Bienes Eternos.

HIJOS, EN ESTE INSTANTE LOS CRISTIANOS DE APARIENCIA SE ENCUENTRAN EN GRAVE PELIGRO SI NO DESPIERTAN Y TOMAN EL TIMÓN DEL LIBRE ALBEDRÍO Y LO DIRIGEN HACIA LA SALVACIÓN ETERNA.

La Humanidad se ha pervertido, su condición es dramática, la más grave en la historia de la Humanidad, por esto es que les anuncio continuamente la Purificación a la que se están enfrentando.

El fuego está purificando y externando señales al hombre de que les purificará a todos. Los volcanes, que parecían dormidos, despiertan. Del suelo saldrá fuego, calor irresistible cuando la tierra en varios lugares se abra y despida calor que guarda en su interior. El sol envía llamaradas solares hacia la Tierra, unas afectarán los adelantos científicos y otras la tierra, inundando el Planeta de calor, teniendo el hombre que regresar a las antiguas e impensadas herramientas y medios de supervivencia.

La tierra se estremece intensamente…

Oren hijos, oren por Chile, padecerá un fuerte terremoto. (1)

Oren hijos, oren por Ecuador, se estremecerá la tierra.

Oren hijos, oren por Japón, esparcirá nuevamente la contaminación, se estremecerá. (2)

Oren por Italia, padecerá nuevamente. (3)

Oren por Estados Unidos, su aceptación al mal, es su propio flagelo, será estremecido. (4)

Oren por Corea del Norte, será mano que hiere.

Llamo especialmente al pueblo argentino a recapacitar su actuar, la violencia no encontrará límite si no es en la unión de Mis hijos. Este pueblo vivirá el dolor si no limitan la agitación a la que es sometida esta nación. (5)

Los Pueblos son agitados en este instante para que la conmoción reine por todo el mundo.

Hijos amados de Mi Corazón Inmaculado:

VIVEN LO QUE HAN SEMBRADO…
 EL ESTADO INTERIOR DEL HOMBRE SE REFLEJA EN LO QUE VIVEN EN ESTE INSTANTE.

Cumplan las Enseñanzas de Mi Hijo de cada semana. Purifiquen los sentidos, para que estos honren a Dios por sobre todas las cosas y amen a sus hermanos como Mi Hijo les ama a todos.

Mi Bendición es con todos ustedes, amados hijos.

Mamá María.

AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA.


 
COMENTARIO DEL INSTRUMENTO

Hermanos (as):

Nuestra Madre, en su deseo ardiente de salvar almas, nos solicita nuevamente que nos dispongamos con alma, vida y corazón para la Manera Divina…  Cada uno de nosotros debemos disponernos a ser mejores hijos de Dios, más agradecidos, y solicitar que nuestra Fe aumente.

Es precisamente en nuestro corazón en donde vemos los mayores milagros si pedimos que se nos dé un corazón renovado, colmado de la espiritualidad y el amor a Dios necesarios para cooperar decididamente para que se de en nosotros una verdadera transformación. Y UN ASPECTO FUNDAMENTAL DE ESA TRANSFORMACIÓN ES EL AMOR A LA VERDAD.   Así nos daremos cuenta de que el mal se da en las cosas que creemos pequeñas, en esas necedades humanas, que nos pueden llevar a perder la Salvación.

El Amor a la Verdad es mantenernos mirándonos a nosotros mismos, cada instante en nuestros actos y obras, y eso nos hace permanecer atentos a despreciar al mal.

Hermanos, el mal lleva al hombre a enfrentarse a sí mismo y contra el hombre mismo. La finalidad es la autodestrucción y de esa forma el mal no se expone directamente, sino en silencio, y a la Humanidad le es difícil descubrir y separar la mentira de la Verdad.

NECESITAMOS BENDICIÓN Y LA RECIBIMOS EN LA MEDIDA EN QUE NOSOTROS SEAMOS BENDICIÓN PARA LOS DEMÁS. El amor es fuente de vida y esa vida mora en cada uno como repetidora de la raíz que motive nuestros actos y obras.

El tener la seguridad de que no estamos solos nos da fuerza y valentía para continuar en la lucha de cada día por acercarnos y vivir en Dios y así emanar hacia los hermanos esa fuerza que no proviene de nosotros, sino del que mora en nosotros.

Amén. 

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