¡OH, QUÉ TRISTEZA ME EMBARGA AL VER LA INDIFERENCIA DE TANTOS, ANTE EL DOLOR AJENO!
FEBRERO 02 DE 2015 – 8:15 A.M.
LLAMADO URGENTE DE JESÚS EL BUEN PASTOR A SU REBAÑO
Hijos míos, mi paz esté con vosotros.
Mis hijos fieles a mi
evangelio en los países del lejano oriente, están siendo torturados,
encarcelados y muchos han ofrendado su vida por mi causa. Sangre de
mártires que clama justicia al cielo; cada día se intensifican las
matanzas y la humanidad sigue impávida ante este holocausto. Los medios
de comunicación callan, los gobiernos callan, mi Iglesia tibiamente se
pronuncia y todo es silencio y omisión en torno a estas masacres. ¡Oh,
qué tristeza me embarga al ver la indiferencia de tantos, ante el dolor
ajeno!.
Todos sois hijos de un mismo
Padre que os ama y fuisteis creados a imagen y semejanza suya, ¿por qué
entonces sois tan indiferentes con vuestros hermanos en desgracia?. MI
Iglesia se está desangrando en estos países, la sombra de la muerte la
persigue por doquier; podrán matar los cuerpos, pero nunca podrán
matar las almas; la sangre de mis mártires es fortaleza para mi
Iglesia, es mi sangre con la cual volveré a vencer a mi enemigo.
¡No calléis más pueblo mío,
rebaño mío, no nos hagáis cómplices con vuestro silencio!; alzad
vuestra voz al cielo; uníos en cadena de oración y pedidle al Padre,
que su justicia divina restablezca el orden y el derecho en aquellos
lugares donde se vierte la sangre de su pueblo.
Hijos míos, el holocausto de
mis niños inocentes también clama justicia al cielo. Millones de
inocentes criaturas diariamente son laceradas en los vientres de las
madres desalmadas. ¡Oh hienas, la sangre inocente que hacéis derramar
os juzgará mañana en la eternidad!. Os digo, si no os arrepentís,
reparáis, pedís perdón de corazón, y enderezáis vuestro caminar, os
aseguro que ya tendréis lista una morada en el vientre del averno. ¡Oh
libertinas, vuestro libertinaje será vuestra condenación eterna!.
¡Malditos vuestros vientres
madres desalmadas porque hacéis de ellos sepulcros vivientes…! si hay
algo que juzgo con todo el peso de mi justicia, es la sangre de mis
inocentes derramada. ¡Vacas de Basán que asesináis en vuestros vientres
la esperanza!; se os está acercando el día en que pasaréis por la
eternidad y será tan grande vuestra injusticia que mi justicia clamará
contra vosotras: ¡condena eterna!. Y ya no regresaréis más a este
mundo.
Seguid pecando y acumulando
cargas a vuestra alma; tenéis oídos y no escucháis, tenéis ojos y no
veis; tenéis boca pero solo proferís blasfemias y burlas y decís en
vuestro perverso corazón: Dios no nos ve, ni nos hará bien o mal. ¡Oh,
qué equivocadas que estáis libertinas!. El que plantó la oreja, ¿no va a
oír?; el que formó los ojos, ¿no va a ver?; el que acusa a los
pueblos, ¿no va a castigar?; el que enseña al hombre, ¿no va a saber?.
El Señor conoce los planes de los hombres que son vanidad pura. (Salmo
94 9 al 11).
Os hago un llamado urgente a
vosotras mujeres libertinas, ¡dejad de pecar!; volveos a Mí, con un
corazón contricto y humillado, así como lo hizo María de Magdala y os
aseguro que os perdonaré y no tendré más en cuenta vuestro pecado, y
así como a María Magdalena también a vosotras os diré: ¿Dónde están los
que os acusan?. ¡Levantaos y no pequéis más!.
MI paz os dejo, mi paz os doy.
Arrepentíos y convertíos porque el Reino de Dios está cerca. Vuestro
Maestro y Pastor, Jesús el Buen Pastor.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad.
ENOCH
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