¡LA SANGRE DE MI HIJO ES PODEROSA ARMADURA ESPIRITUAL, INVOCADLA A TODO INSTANTE Y MI ADVERSARIO Y SUS HUESTES DEL MAL NO PODRÁN HACEROS DAÑO!
Hijitos de mi corazón, que la paz de Dios esté con vosotros y mi protección maternal os acompañe.
Hijos míos, contemplad la creación de Dios y dad gracias al Altísimo por toda su misericordia; compartid en familia y agradeced a Dios por todas sus bendiciones y por todo el tiempo que os ha regalado de vida. Os digo esto mis pequeños, porque se acercan los días en que todo será confusión, dolor y llanto; no quiero con esto asustaros porque esa no es mi intención; sólo quiero pediros amorosamente que os preparéis para la llegada de todos los acontecimientos descritos en la santa palabra de Dios para estos últimos tiempos. Permaneced unidos en el amor de Dios, no os apartéis ni un solo instante de nuestros dos corazones, porque la tribulación que se aproxima sólo puede ser llevadera si estáis unidos en el amor.
La fuerza del amor y el perdón, es una fortaleza espiritual que no permitirá que penetren en vosotros los dardos incendiarios del odio, resentimiento, rencor, venganza y división con los cuales mi adversario quiere dividir las familias, las sociedades y el mundo entero. Espíritus de odio, resentimiento y división, mi adversario ha comenzado a desplegar; estos espíritus sólo pueden ser derrotados con el amor y el perdón. Tened muy en cuenta esto hijos míos, para que podáis salir victoriosos en el combate espiritual de cada día.
Antes de salir de vuestros hogares, bendecid padres de familia a vuestros hijos y bendeciros vosotros; bendecid también a todas las personas con las que vayáis a tratar en el día, para que el poder de la bendición los proteja y así mi adversario no pueda hacerles daño. Sellad a todos con la sangre de mi Hijo y sumergidlos en sus santas llagas, porque todas esas entidades malignas tienen mando, poder y dominio sobre este mundo oscuro; miríadas de espíritus malignos ya recorren el mundo buscando la forma de haceros perder.
No seáis necios, no entréis en batalla espiritual sin la ayuda del cielo, porque os aseguro que perderéis el alma. Cuando seáis atacados en la mente con dardos de odio, resentimiento, venganza, lujuria, adulterio, envidia y demás pecados de la carne, no perdáis la cabeza; acudid inmediatamente a hacer uso del antídoto divino; invocad el poder del Santo Espíritu de Dios y pedid mi protección maternal. La sangre de mi Hijo es poderosa armadura espiritual, invocadla a todo instante y mi adversario y sus huestes del mal no podrán haceros daño. La sangre de mi Hijo es vuestra salvación, cubríos con ella y cuando lleguen los dardos incendiarios del maligno a vuestra mente, decid así: La sangre de Nuestro Señor Jesucristo tiene poder y con ella voy a vencer. La Sangre de Nuestro Señor Jesucristo me cubre, me lava, me sana y me libera, por dentro y por fuera. ¡Huid de mí, potestades enemigas, porque la Sangre del Cordero Divino es mi defensa y mi salvación!.
Aprended de memoria hijitos míos estas jaculatorias de la Sangre de mi Hijo, para que podáis repeler los ataques mentales de mi adversario y sus espíritus malignos que buscan atormentaros y haceros caer para luego robaros el alma. Estáis avisados, caminad pues como hijos de la luz para que alumbréis la oscuridad que se aproxima.
Vuestra Madre que os ama, María Rosa Mística.
Dad a conocer mis mensajes, hijitos de mi corazón.
Enoch. Favor citar la fuente de los mensajes: www.mensajesdelbuenpastorenoc.org/ mensajesrecientes
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