MENSAJES DADOS AL PADRE MELVIN DOUCETTE
Jueves 6 de marzo de 2014
“Curación de un Leproso.”
(Lectura del Evangelio de San Mateo 8: 1–4)
“Al bajar de la montaña, le
siguieron turbas numerosas. Y entonces un leproso, acercándosele, se
postró ante Él, diciendo: -‘Señor, si quieres puedes limpiarme.’ Y
extendiendo su mano le tocó, diciendo: -‘Quiero, sé limpio.’ Y al punto desapareció
la lepra. Y Jesús le dijo: -‘Mira, no lo digas a nadie, sino ve a
presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que ordenó Moisés, para que les
sirva de testimonio’.”
Queridos amigos:
Ayer
comenzó la Cuaresma. Como era Miércoles de Cenizas, recibí las cenizas
para comenzar este tiempo nuevo. Estaré rezando por vosotros para que el
Señor os dé gracias y dones especiales mientras viajáis hacia la tierra
prometida. También fui al velorio de mi tía Josephine, que será enterrada
mañana a las 10:30 a.m.
(A continuación encontraréis el mensaje de Nuestro
Señor y Salvador entregado al Padre Melvin. Jesús le habló con
estas palabras:)
“Sabéis, Mi hermano Melvin y todos
Mis hermanos, que la lepra es una enfermedad horrible. Destruye el
cuerpo, especialmente la cara, los brazos, las manos y los pies, partes todas
que se ven fácilmente. La cara de alguien que tiene lepra se ve muy mal,
y también se pueden perder los dedos o parte de las manos y los pies.
Vinieron a Mí muchos con esta
enfermedad y Yo los curaba. Una vez curados, quedaban restauradas todas
las partes de sus cuerpos.
Existe también una lepra
espiritual. Se llama pecado mortal. Cualquiera que comete un pecado
mortal haciendo cosas horribles como el adulterio, el asesinato, demasiada
bebida, drogarse, y muchos otros pecados, tendrá como resultado que su persona
espiritual, especialmente su alma, su inteligencia y su voluntad, comenzarán a
morir. Esa persona vive en la oscuridad y no tiene ni paz, ni alegría ni
amor. Es probable que esté atormentado por el demonio, que puede habitar
en su espíritu. Sólo hay una persona capaz de curaros y haceros regresar
a la salud. Yo soy esa persona y estoy siempre dispuesto a hacerlo si el
pecador se arrepiente de sus pecados. La persona debe estar dispuesta a
cambiar su vida y regresar a Mí. Debe dejar de hacer las cosas horribles
que está haciendo. Después del arrepentimiento, debe ir a la Confesión y
recibir la absolución del sacerdote y será completamente restaurado. Si
hacéis esto estaréis llenos de paz y alegría. Os exhorto a todos a
arrepentiros pronto de todos vuestros pecados, y a corregiros de lo que habéis
hecho. Os bendigo a todos.”
Padre Melvin
Sábado 8 de marzo de 2014
“Curación de la Suegra de Pedro.”
(Lectura del Evangelio de San Mateo 8: 14–22)
“Y entrando Jesús en casa de Pedro,
vio que la suegra de éste estaba en cama con fiebre; le tocó la mano y la
fiebre la dejó, y ella, levantándose, se puso a servirles.
Al atardecer le trajeron muchos
endemoniados, y con su palabra echó los espíritus y curó a todos los que tenían
males, para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías: ‘Él tomó nuestras
enfermedades y cargó con nuestras dolencias’.
Y viendo Jesús gran muchedumbre en
derredor suyo, mandó pasar a la ribera opuesta. Y un escriba se acercó a
decirle: -‘Maestro, te seguiré adondequiera que vayas.’ Le dijo Jesús:
-‘Las zorras tienen madrigueras, y las aves del cielo, nidos; mas el Hijo
del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.’ Otro de sus discípulos le
dijo: -‘Señor, permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre.’ Pero
Jesús le dijo: -‘Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos.’.”
Queridos amigos:
Deseo
agradecer a todos los que rezaron por mi tía Josephine y a todos los que aún
están rezando por mi cuñado Leo. Le han estado tratando su úlcera en la
espalda y ayer dijo que le duele menos. Por favor seguid rezando por él.
(A continuación encontraréis el mensaje de Nuestra
Madre Santísima entregado al Padre Melvin. Ella le habló con estas
palabras:)
“Os amo, Mi hijo Melvin y todos Mis
hijos que creéis en Mi Hijo Jesús y Le seguís. Cuando estuvo en la tierra
curó a muchos enfermos. De hecho, curó a todos los que le trajeron.
También curó a la suegra de San Pedro, que tenía fiebre. Después de ser
curada, sirvió a Mi Hijo y Sus Apóstoles.
Por las tardes, la gente solía
reunirse alrededor de la casa donde estaba Jesús: Él salía y rezaba con todos
los enfermos y echaba a los espíritus malignos que poseían a muchos. ¡Qué
alegría llenaba los corazones de estas personas al saber que estaban
completamente curados o que habían sido liberados de esos horribles espíritus malignos!
Incluso en vuestros días, Jesús
sigue sanando a los enfermos. Te ha dado a ti, Mi hijo Melvin, el don de
sanación; hay muchos, en todos los países del mundo, que tienen este
don. Jesús es Quien sana, pues Su poder pasa a través del que tiene este
don. Todos los que creen en Mi Hijo, especialmente los enfermos, deberían
acudir a los que han recibido este don para que recen sobre ellos: veréis que
serán curados. Sin embargo, es necesario que esos enfermos crean en Mi
Hijo y crean que tiene el poder de sanar. Amados hijos, seguidlo a Él que
es vuestro Señor y Salvador.
Estoy rezando por todos vosotros,
para que vuestra fe pueda aumentar y para que tengáis la fortaleza para evitar
el mal y hacer el bien. Rezo para que podáis decirle ‘no’ al maligno y dejarlo
atrás. Avanzad todos los días en vuestro camino hacia la tierra
prometida. Os bendigo y deseo que estéis todos conmigo en el cielo.”
Padre Melvin
Viernes 7 de marzo de 2014
“Curación del Siervo del Centurión.”
(Lectura del Evangelio de San Mateo 8: 5–13)
“Y habiendo entrado en Cafarnaúm, se
le acercó un centurión, suplicándole y diciéndole: -‘Señor, mi siervo yace en
casa paralítico, sufriendo mucho.’ Y le dice Jesús: -‘Yo iré y le
curaré.’ Y respondiendo el centurión, dijo: -‘Señor, yo no soy digno de
que entres bajo mi techo; di sólo una palabra y mi siervo quedará
sano. Porque también yo soy un subordinado, pero tengo soldados a mi
mando, y digo a éste: Ve, y va; y a otro: Ven, y viene; y a mi
esclavo: Haz esto, y lo hace.’ Al oír esto, Jesús se maravilló, y dijo a
los que le seguían: -‘En verdad os digo que en nadie de Israel he hallado tanta
fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y de occidente y se sentarán a
la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos; en cambio,
los hijos del reino serán echados a las tinieblas de fuera: allí será el llanto
y el rechinar de dientes.’ Entonces dijo Jesús al centurión: -‘Anda, y
hágase contigo según creíste.’ Y en aquel momento quedó curado el
siervo.”
Queridos amigos:
Ayer
fui al funeral de mi tía Josephine en nuestra parroquia. Muchos miembros
de la familia estaban presentes en la Santa Misa y todos rezamos por su ingreso
al cielo.
(A continuación encontraréis el mensaje de Nuestro
Señor, el Hijo de Dios, entregado al Padre Melvin. Jesús le habló
con estas palabras:)
“Habéis leído la Biblia, Mi hermano
Melvin y todos Mis hermanos que vivís en cada país del mundo. Sabéis que
tengo el poder de sanar todo tipo de enfermedades y que cuando estaba en la
tierra lo hice con mucha gente. Realmente Me sorprendí cuando el
centurión vino a pedirme que sanara a su siervo que sufría mucho. Estaba
dispuesto a ir a su casa a curarlo, pero el centurión sintió que no era digno
de que Yo entrara en su casa porque sabía que Yo estaba bendecido por
Dios. Simplemente Me pidió que dijera una palabra y así su siervo
sanaría. ¡Qué gran fe tuvo este hombre! Lo extraño fue que el
centurión no era judío sino romano. Cuando Yo veía tanta fe, no podía
hacer más que pronunciar una palabra y sanar al enfermo. Realmente, el
siervo sanó al instante.
Hoy hay muchos en el mundo que
tienen este don de sanación que Yo les he entregado. Sus oraciones son
muy poderosas pues Mi poder de sanación pasa a través de ellos. Pueden
curar a los enfermos de cualquier enfermedad, incluyendo el cáncer,
enfermedades del corazón, ceguera, sordera y a los que no pueden caminar.
No existe la enfermedad que Yo no pueda curar. Me gusta mostrar Mi amor
por todos, especialmente por los enfermos, sanándolos. Os bendigo y os
amo a todos.”
Padre Melvin
Pequeño Santuario de Nuestra Señora
de la Isla del Príncipe Eduardo
Sitio Web: www.ourladyofpei.com
- El sitio puede aceptar donaciones
online a través de tarjetas de crédito, pedidos de libros, etc. – También
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El Pequeño Santuario está abierto en
general durante el día, pero recomendamos llamar con anterioridad.
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