Mayo 30_13
El tiempo está por cumplirse y, ciertamente, Mis Palabras las veréis
cumplidas.
|
Rosario vespertino
Temas:
Primer Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Aunque no lo entendáis, aunque no entendáis lo que esté
sucediendo a vuestro alrededor, en vuestra vida, agradecedMe todo lo que
pase, porque al final, todo será para vuestro bien y servirá para vuestra
salvación eterna.
Hijitos Míos, la intensidad de Amor de Mi Corazón, no tiene límites, Mis pequeños. Es tanto el Amor que sale de Mi Corazón hacia vosotros, que vosotros os sorprenderíais si lo vierais, es más, no lo entenderíais, no entenderíais, cómo es posible, que Yo, recibiendo tanto mal del mundo, aún así os siga protegiendo y siga esperando por vuestra conversión para que logréis vuestra salvación.
Es tanto Mi Amor, Mis pequeños, que por eso mandé a Mi
Hijo, para que os enseñara a vivir de acuerdo a Mi Voluntad, pero lo seguís
negando y no queréis saber nada de Él, pero sigo esperando por vuestra
conversión para que alcancéis vuestra salvación.
Mis pequeños, por Mi Amor hago todo esto por vosotros, Yo
os he creado y confié en vosotros al crearos pero, al tener vosotros vuestro
libre albedrío, podéis hacer lo que queráis, es más, hasta atacarMe a Mí,
vuestro Dios. De Mí, sólo obtenéis Bondad, cuidados, Amor, soporto vuestras
groserías, vuestra maldad hacia Mí porque sigo esperando por vuestra
conversión.
Eso es Amor, Mis pequeños, vosotros debierais empezar
a aprender que el mal se debe de pagar con un Bien. Estos tiempos,
que estoy permitiendo que se den, estáis viendo cómo os estáis quedando sin
lo material y esto, como ya os había explicado antes, va a servir para que os
unáis unos con otros, que vayáis haciendo la familia que realmente sois y que
perdonéis, perdonéis de corazón, aún a aquellos que os hicieron grandes
males.
Ciertamente que tendréis oportunidad de perdonar, porque
no podréis dejar que un semejante vuestro, que tuvo de todo, que se aprovechó
de vosotros, que robó, que hasta mató, se quede sin comer. Vuestros
corazones se van a ir reblandeciendo con las pruebas que iréis padeciendo y
tarde o temprano Me lo agradeceréis, Mis pequeños, porque en la
situación en la que ahora estáis, no entraríais a Mi Reino, la gran mayoría
de vosotros, porque tenéis los corazones endurecidos por el pecado,
endurecidos por el mal de satanás, que ha ido corrompiendo todo vuestro ser
y, se lo habéis dejado hacer. Él ha logrado que vosotros os apartéis de Mí y
que no confiéis en lo que Yo os he prometido de siempre.
Mis pequeños, aunque no lo entendáis, aunque no entendáis
lo que esté sucediendo a vuestro alrededor, en vuestra vida, agradecedMe todo
lo que pase porque, al final, todo será para vuestro bien y servirá para
vuestra salvación eterna.
Os bendigo, Mis pequeños, y confiad en Mí, que Soy vuestro
Padre y Soy el Amor por excelencia, así sea.
Segundo Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: Existen los milagros y vosotros podéis ser causa de alguno de ellos
y os lo agradeceré, Mis pequeños, porque, así, podréis salvarMe almas que
estaban ya prácticamente condenadas.
Hijitos Míos, (Lenguas…) orad por aquellos que tienen una Fe endeble, mediocre. Las Parábolas de Mi Hijo, en alguna de ellas, se hablaba de éstos, de estos hermanos vuestros, de estas almas endebles, hablaba de ésa semilla que cae, primeramente, en la tierra, pero que no tiene protección, llegan los pájaros y se la llevan. Las almas endebles son el siguiente ejemplo, son las que caen en algo de tierra, echan algo de raíz, pero ahí se quedan y si viene la sequía, si viene el sol, que son las preocupaciones o los ataques de la vida, se secan y esto es, se les acaba la Fe, no la defienden, no buscan aprender más, no buscan el tener mejor Fe, más amor, tanto hacia Mí, como para sus hermanos, son almas mediocres, son almas que no tienen ningún interés en mejorarse, sino que aparentan, cumplir con lo que pide la Santa Iglesia, pero ellos, en sí, en su persona, en su manera de ser hacia los demás, no se comportan en el ideal cristiano que Mi Hijo os enseñó. Son personas en las cuales vosotros no podéis confiar y Yo tampoco puedo confiar en ellas, no puedo derramar perfectamente Mis dones sobre ellas, puesto que van a ser un desperdicio, porque un día, se acercan a Mí, dicen amarMe, Me piden tantas cosas bellas, las concedo y, al siguiente día no existo para ellas y vuelven a su vida habitual, son almas que, ciertamente, voy cuidando, para que se vayan mejorando. Así como vosotros cuidáis a vuestros hijos y vais viendo su carácter, su forma de actuar y de vivir y, los vais catalogando y vais sabiendo en qué hijos podéis confiar y en cuáles no.
Ciertamente, Yo conozco vuestro proceder, conozco toda
vuestra vida, vuestro futuro y, por eso sé que muchos de vosotros os condenaréis.
Porque sois Mis hijos, os voy cuidando y voy tratando de que vosotros
cambiéis de vida, como Mi Hijo lo hizo con Judas Iscariote. Sabiendo que era
el traidor, lo consintió, lo llevaba junto a Él, para que Su Gracia y Su Amor
lo hiciera cambiar, y así lo hago con vosotros, os hago sentir a momentos Mi
Amor, para que os enamoréis de Mi Amor, pero ni aún así cambiáis y al final
de vuestra existencia, Me dais la espalda y os apartáis de Mí eternamente y,
esta es una gran tristeza, para Mí, como Padre que Soy de estas almas que se
condenan, porque no quisieron acercarse a Mí, ni aún en ésos últimos momentos
de su vida, aún a pesar de que Yo las consentí a lo largo de su vida, que
nada les faltó y que Yo esperaba su conversión.
También, por estas almas os pido que oréis, Mis pequeños.
Ciertamente, vosotros no conocéis su futuro, pero existen los milagros y
vosotros podéis ser causa de alguno de ellos y os lo agradeceré, Mis
pequeños, porque, así, podréis salvarMe almas que estaban ya prácticamente
condenadas. Quizá se os haga raro esto que estáis escuchando, de que
vosotros podéis hacer milagros y es una realidad. Vosotros, cuando
abrís totalmente vuestro corazón, cuando os ponéis totalmente en Mis Manos, cuando
os empatáis Conmigo, con vuestro Padre, vuestro Dios, pensando en la
salvación de tal o cual hermano vuestro y realmente sentís de corazón que
queréis salvar a ésa alma, el milagro ocurre, Mis pequeños, y por eso
os digo que tiene que salir desde lo más profundo de vuestro corazón, desde
donde Yo estoy con vosotros y, así, es como salvaréis a muchas almas y, con
ello, automáticamente, salvaréis también a vuestra alma. Esta es Mi Promesa y
es Mi Amor que se derrama sobre vosotros.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: ¡Cuántos regalos se os dan, Mis pequeños y vosotros no los
aprovecháis!, tener todo un Dios dentro de vosotros y tenerlo ahí olvidado.
Hijitos Míos, alguna vez os dije que todo lo que estaba escondido, tarde o temprano iba a salir a la luz.
Mis pequeños, Yo estuve entre los hombres, caminé entre
los hombres y, aún siendo Dios, conociendo todo de antemano, os quise también
conocer humanamente que, ciertamente, no lo necesitaba porque, siendo Dios ya
os conocía desde antes del Tiempo, pero quise estar entre los hombres,
para que conocierais la Virtud máxima, el Amor en pleno, a un Dios Encarnado
que venía a Enseñar a la humanidad a comportarse. Fue una Gracia
extraordinaria, de Mi Padre, que Me dejara venir y estar entre los hombres,
una Gracia que desperdiciaron muchos, pero que otros sí aprovecharon y,
gracias a ellos, se difundió Mi Enseñanza alrededor del mundo.
La maldad sigue actuando, satanás no descansa, Mis
pequeños, os he dicho que es el príncipe de este mundo y él quiere mantener
su reino en tinieblas, en maldad, en muerte. Él conoció la Luz y la
Luz Soy Yo, al llegar ahora ésta a sus dominios, todos aquellos que Me llevan
en su corazón, son Luz y, por eso, a aquellos que están Conmigo, que buscan
el llevar Luz a todos sus hermanos, son atacados por el mismo que Me atacó a
Mí, pero así como Yo lo vencí, vosotros también lo vencéis, porque Yo estoy
con vosotros, pero hay muchos de vuestros hermanos que quieren seguir
manteniéndose en la obscuridad de satanás. No quieren tomar de todo lo bello
y Santo que Yo os traje, no se dan cuenta de lo extremadamente grande que Yo
os vine a traer. Es algo totalmente fuera de éste mundo, fuera de lo normal.
Mis Milagros no se habían visto nunca, Mis Enseñanzas, ni las imaginaba el
hombre y. aún así, viendo, no quieren ver, escuchando, no quieren seguir ni
consejos ni palabras que cambien su corazón y se vuelvan buenos.
¡Qué dureza de corazón, Mis pequeños!, ciertamente, los
antiguos, los que vivían antes de que Yo llegara, tenían ése pretexto, de que
no Me habían visto. Ciertamente, conocían las Palabras de Mi Padre, pero la
dureza de su corazón les impedía creer, porque así sois, ¡os falta
tanta Fe, Mis pequeños! ¿Por qué nos sois como niños?, no queréis
mejoraros. Os mantenéis en la maldad, porque así os conviene.
Las almas antiguas no Me vieron, pero después de Mi
llegada a la Tierra, y con todo lo que Yo os Enseñé, ni aún así las almas
actuales quieren romper ése caparazón que encierra su corazón para que entre
Mi Luz y puedan dar lo que el corazón debe dar, que es amor.
En todas las almas he sembrado amor pero, vosotros,
sois los jardineros de ésa semilla que Yo he puesto en vuestro corazón.
Podéis mantener ésa semilla seca, sin germinar y así caminaréis a lo largo de
vuestra existencia en la Tierra, sin dar ningún fruto, es más, quizás, sí,
haciendo el mal.
Pero si empezáis a regar ésa semilla del amor, podréis dar
el fruto que Yo di, al treinta, al cincuenta, al setenta, al cien por ciento,
porque Yo os voy a ayudar. Podréis hacer grandes cosas, porque Yo os di
Mi Promesa, que aquellos que Me siguieran podrían hacer cosas iguales o
mayores que las que Me vieron hacer a Mí, vuestro Dios, y es que
aquellas almas que Me dan su corazón, aquellas almas que riegan ésa semilla
de amor que hay en su corazón, crece, crece ése amor y llega un momento en
que Yo ya puedo vivir plenamente en ésa almas, porque tiene Mi Amor, porque
Yo puedo sentirMe a gusto en vivir en ésos corazones y es por eso que podréis
hacer iguales o mayores cosas, porque Yo estaré viviendo dentro de
vosotros y Yo las haré por vosotros. Vosotros seréis instrumento de Mis
Milagros, de Mis Maravillas, porque Yo estaré en vosotros, aconsejándoos qué
hacer, cómo hacerlo y cómo ayudar a vuestros hermanos con Mis dones y Mis
capacidades Divinas. ¡Cuántos regalos se os dan, Mis pequeños y
vosotros no los aprovecháis!, tener todo un Dios dentro de vosotros y tenerlo
ahí olvidado. Os arrepentiréis, Mis pequeños de vuestro error, cuando
realmente os deis cuenta de lo que tuvisteis y no aprovechasteis.
Os lo digo, Mis pequeños y os lo explico para que os deis
cuenta de que realmente vivo entre vosotros y en vosotros. Entre
vosotros, porque muchos hermanos vuestros Me llevan en su corazón y
caminan alrededor vuestro. Vosotros los conocéis, porque son almas de amor,
son almas de respeto, son almas que dan fruto y conocéis varias de ellas Mis
pequeños; y camino en vosotros por lo que ya os expliqué, que
cuando Me abrís vuestro corazón, puedo estar cómodo, a gusto en vuestro
corazón, como si estuviera en el Reino de los Cielos.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: La Fe, palabra tan pequeña que os da tantos regalos cuando
realmente confiáis en vuestro Creador, en vuestro Salvador y en Aquél que os
dará la Luz del Entendimiento, que es Mi Santo Espíritu, que pronto vendrá
para todos vosotros.
Hijitos Míos, Yo, estando con Mis apóstoles, aquí en el mundo, os iba sirviendo a cada uno de vosotros en el futuro. Yo iba poniendo las bases, de las cuales, ahora vosotros gozáis. Me conocéis en Fe, conocéis Mis Palabras que os transmitieron aquellos que Me vivieron, que Me gozaron, que Me respetaron, que Me cuidaron y, aunque en algún momento dudaron, la Gracia del Espíritu Santo les ayudó para que su Fe fuera firme y que ya no se doblegara nunca más.
Es vuestro tiempo, Mis pequeños, ciertamente, vosotros
tenéis una Gracia más grande que ellos, porque ellos Me vieron, Me tocaron,
vivieron junto Conmigo, y vosotros creéis en Fe y eso es más grande,
Mis pequeños. Vuestro regalo también será muy grande, porque estáis actuando
en lo que habéis leído y escuchado sobre Mí pero, sobre todo, porque la
Luz del Espíritu Santo os ha iluminado y ésa es una Gracia también muy grande
que se os ha concedido y que es poco en lo que, realmente, meditáis de ello.
Mi Santo Espíritu va buscando almas en donde
reposar. Ciertamente, Él vive en vosotros, pero hay almas que se
cierran y que viven para el mundo, en cambio, cuando hay almas que, al
momento de escuchar sobre Mí, se iluminan, se emocionan, se abren, gozan, es
ahí donde Mi Santo Espíritu reposa y se derrama en Bendiciones. Vosotros sois
de ésas almas.
Llegará un momento, si es que no ha llegado ya para
algunos de vosotros, en que os podréis comparar con algunos de vuestros
hermanos que tienen su corazón cerrado a todo lo que viene de Mí. Vosotros
que estáis Conmigo, gozáis con lo Mío, os entusiasmáis, platicáis con un
semejante que también Me ama y que está en el mismo nivel de amor que
vosotros y gozáis en la plática, gozáis vuestras experiencias. Así, como
estáis viendo, es cómo voy reuniendo la familia, la nueva familia que vivirá
en esta Tierra, después de la purificación.
Vosotros seréis de los iniciadores de ése Nuevo Mundo, de
ésas Nuevas Tierras, del Nuevo Amor que se va a derramar sobre vosotros y
digo Nuevo, porque será algo inmenso, inconmensurable, Mis pequeños, lo que
va a venir a vosotros, porque así lo dicen las Escrituras, que si en lo
poco fuisteis fieles, también seréis fieles en lo grande. Ahorita
sois pequeños, sabéis que sois pequeños, estáis apenas abriendo los ojos,
estáis conociendo nuevas cosas y estáis esperanzados por Mis Promesas de que
tendréis más y ya desde ahora estáis gozando ésos momentos en que tendréis
más.
Vosotros sois de ésas almas que amo y en las que puedo reposar,
porque estáis buscando todo Mi Ser, estáis buscando conocerMe más, conocer Mi
Santidad, Mi Divinidad, conocer más sobre Mis Palabras, el sentimiento que
puse en ellas, el Amor que puse en ellas. Por eso se dice que las almas
en el Reino de los Cielos, hablan de Mí, de Mi Amor, de todos Mis Actos de
Amor y, ciertamente, que conoceréis Mis Actos de Amor, pero ya desde
lo más profundo de Mi Ser. No es lo mismo ver el exterior que conocer el
interior y conoceréis Mi Interior, Mi Amor, Mi Donación cuando Yo Me estaba
dando en ésos momentos. Todos vosotros estabais presentes en Mí, todas
las generaciones, pasadas, presentes y futuras estaban presentes en Mí y
estabais recibiendo Mis Bendiciones en el momento en que estaban sucediendo
todos los Actos Divinos-Humanos de Mi Vida, no solamente los de la
Pasión, toda Mi Vida fue de donación para vosotros, para vuestro crecimiento
espiritual, para vuestra salvación eterna y para vuestro futuro eterno.
Sí, Mis pequeños, porque en Mi Promesa, digo que aquellos
que estuvieran Conmigo, también iban a gozar eternamente Conmigo y el gozar
Conmigo, es gozar a un nivel Divino y, eso, vosotros Me lo agradeceréis
infinitamente, porque será el regalo a vuestra Fe, a vuestra confianza en Mí,
a vuestro Amor en Mí y a vuestra donación en Fe, que eso es muy grande, Mis
pequeños.
Fe, es amar, es creer, es darse por Aquel que
vosotros no habéis visto ni tocado con vuestro ser humano, pero sí con
vuestro ser espiritual. La Fe, os abre tantas puertas, Mis pequeños y
os gana tantos regalos que no podéis imaginar. La Fe, palabra tan pequeña que
os da tantos regalos cuando realmente confiáis en vuestro Creador, en vuestro
Salvador y en Aquél que os dará la Luz del Entendimiento, que es Mi Santo
Espíritu, que pronto vendrá para todos vosotros.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio, Habla Dios Padre.
Sobre: ¡Cuánta corrupción y cuánta maldad estáis viviendo ahora, Mis
pequeños! y por eso os voy quitando la primera causa de esta maldad que ahora
tenéis y que es el dinero.
Hijitos Míos, el tiempo está por cumplirse y, ciertamente, Mis Palabras las veréis cumplidas, porque así también lo dicen las Escrituras, que ni una coma ni un punto dejarán de cumplirse y, parte de lo que se ha de cumplir, es Mi Justicia Divina sobre toda la humanidad.
Ciertamente veis que ahora la maldad, prácticamente, se ha
entronizado como estaba ya profetizado, que satanás iba a diseminar su maldad
por todos los reinos de la Tierra y ésta iba a afectar a todos los corazones,
en mayor o en menor grado.
Pero, ciertamente, los que tratáis de estar Conmigo,
oráis, y oráis con el corazón, y vuestras oraciones han sido escuchadas y,
por ellas, Mi Justicia se ha de dar.
Estáis viendo infinidad de injusticias sobre toda la
Tierra y, así, los que ahora ríen, los que ahora se aprovechan de sus
hermanos, los que ahora vociferan, los que ahora se gastan lo que es el
sustento de los pobres, querrán que una roca caiga sobre ellos para que no Me
vean, para que no vean Mi Justicia sobre ellos, para que no sientan Mi
castigo sobre ellos, su maldad es grande. Se os dieron a cada uno de
vosotros, capacidades de diferente índole para que compartierais con vuestros
hermanos. Ninguno de vosotros es superior a los demás, todos tenéis
capacidades, todos tenéis defectos, todos tenéis faltantes y, así, debierais
uniros, compartiendo de lo que tenéis, para complementaros y, así, formar Mi
Reino sobre la Tierra.
Pero hay muchos hermanos vuestros que se han ido
aprovechando a lo largo de la historia, de sus capacidades y no siempre
buenas. Han sido tiranos, se han dejado mover por satanás, destruyen en vez
de construir, de habilitar, de hacer infinidad de cosas que pudieran hacer,
para que todos vosotros, hermanos de ellos, pudierais gozar de Mis Bienes que
Yo creé para que todos gozarais, pero que ahora acaparan unos cuantos.
Mucha maldad se ha introducido en los corazones y que está
hiriendo fuertemente Mi Corazón de Padre.
Asesináis a vuestros hermanos y cometéis grandes
ultrajes con sus restos humanos. No os importa su alma, no os importa
su sufrimiento, no os importa su familia, no os importa nada, más que llenar
vuestras arcas de un dinero mal habido y que se vuelve maldito, porque
os llevará a la condenación eterna. Sí, almas perversas, lo que
ahora gozáis, pero que ha sido mal habido, os aplastará, os hundirá, os
sofocará. Mucha maldad cometisteis con ése dinero mal habido y ése
mismo dinero os castigará. Pero, también vuestro actuar, en muchos de
vosotros, ha sido injusto. Os habéis puesto de parte de aquellos que tienen
más poder y por quedar bien con ellos, injustamente acusáis o maltratáis a
vuestro hermano débil, no actuáis con justicia, no actuáis con amor, no
actuáis con igualdad. ¡Cuántas injusticias habéis cometido cada uno de
vosotros a lo largo de vuestra vida!, ciertamente, algunas graves, pero
injusticias fueron y éstas os acusarán en vuestro Juicio Final. Debisteis
haber escuchado a Mi Hijo, debisteis haber actuado como el Maestro Divino,
que caminó entre los hombres e hicisteis caso omiso a Sus Enseñanzas, a Su
Amor. El Cielo bajó a la Tierra y no quisisteis aprovechar éste Tesoro o lo
tomasteis a medias o solamente un poco.
Ciertamente la maldad sigue venciendo vuestros corazones,
vuestra vida, vuestra forma de actuar; os habéis contaminado con lo que
satanás os ha dado y lo habéis hecho forma de vida. ¡Cuánta
corrupción y cuánta maldad estáis viviendo ahora, Mis pequeños! y por
eso os voy quitando la primera causa de esta maldad que ahora tenéis y que es
el dinero. Peleáis por él, matáis por él, sobornáis con él,
injusticias grandes se cometen por comprar a falsos testigos con él.
Ciertamente, también, con él, hicisteis grandes cosas.
Compartisteis con vuestros hermanos necesitados. Iglesias y Catedrales se
construyeron para albergar Mi Divinidad. Disteis de comer a los pobres, ayudasteis
a los ancianos, mejorasteis todo aquello que estaba mal, porque lo habían
destruido los que Me traicionaban. Por eso, es Mi Promesa, que en los tiempos
difíciles, aquellos que utilizaron ésos bienes materiales para el bien, no
les faltarán, pero aquellos que los utilizaron para injusticias, les faltarán
y quedarán expuestos ante los ojos de los hombres, para que se den cuenta
cómo actuaron, todo el mal que cometieron y el posible mal y el dolor que
tendrán eternamente.
No os digo esto para que os alegréis con su dolor, porque,
ciertamente, muchos se condenarán eternamente, sino para que, con amor
fraterno, todavía oréis por ellos, quizá los podáis salvar o se pueda
aminorar su dolor eterno.
Eso es Amor, Mis pequeños, vosotros fuisteis creados para
el Amor y de vosotros solamente debe salir amor. Eso es lo que se verán
en estos tiempos por venir, Mi Amor en los hombres, Mi Amor en pleno, Mi Amor
que fue recibido con vuestro corazón y lo habéis defendido contra toda la
maldad que os rodeaba. Seréis las almas bendecidas, seréis las almas
escogidas, seréis las almas que cumplirán con la Promesa que os hice, que
reinaréis en los Nuevos Cielos y Nuevas Tierras y que gozaréis grandes
Bendiciones con las que Yo os colmaré.
Gracias, Mis pequeños. |
0 comentarios:
Publicar un comentario