¡MUY PRONTO LLEGARÉ COMO LADRÓN EN LA NOCHE Y A
MUCHOS ENCONTRARÉ DORMIDOS!
ABRIL 27 DE 2012 – 8:45 A.M.
Hijos míos, paz a vosotros.
Los días de la gran prueba
se están acercando, ¡oh humanidad, no queréis acogeros a mi misericordia, seguís
dándole la espalda a mis llamados, preferís el camino ancho y espacioso que
lleva a la muerte eterna; que esa sea pues vuestra paga!. Muy pronto llegaré como ladrón en la noche y
a muchos encontraré dormidos. Ya no van
a poder despertar de nuevo a este mundo, ya no van a tener tiempo de
arrepentirse, porque lo dejaron todo para lo último, incluyendo su salvación.
Después de mi pentecostés
comenzarán a cumplirse cada una de mis palabras escritas para estos últimos
tiempos. Preparaos para la venida de mi
Santo Espíritu, haced una buena preparación para este pentecostés que se
aproxima, para que mi Espíritu os de la fortaleza, la templanza, y todas las
gracias que necesitáis para poder enfrentar los días de prueba que se os
avecinan. Estad pues listos rebaño mío,
porque después de mi pentecostés todo comenzará a cumplirse conforme a los
designios de mi Padre. Os digo que una
señal grande se os dará en el cielo para que os preparéis para la llegada de mi
aviso; todos los acontecimientos se han acelerado por la maldad de los hombres
de estos últimos tiempos. Por eso hijos
míos, debéis de estar orantes y vigilantes, porque no sabéis el día, ni la
hora, en que llegará vuestro amo. Cuando
menos lo penséis estaré tocando a la puerta de vuestras almas, para mostraros
el estado en que se encuentran con respecto a vuestro Dios y vuestros hermanos.
Haced buenas confesiones de
vida os lo pido hijos míos; recibid con mayor frecuencia mi cuerpo y mi sangre,
para que cuando os presentéis espiritualmente ante Mí, podáis ser justificados
y no tenga vuestra alma que sufrir los padecimientos que sufren las almas del
purgatorio y las almas que se condenan.
Porque bien sabéis que vuestra alma será llevada al lugar que le
corresponde según sus faltas. Visitadme
en el Sagrario, porque estoy derramando abundantes bendiciones a todos aquellos
que se acerquen a platicar conmigo.
Estoy sanando corazones heridos y maltratados y concediendo indulgencias
plenarias que os servirán para borrar vuestras faltas y limpiar vuestra
alma. Acordaos que estoy por partir para
que se cumpla todo lo que está escrito para estos últimos tiempos; de nuevo nos
volveremos a ver en mi nueva y celestial Jerusalén donde estaré ya con vosotros
hasta la consumación de los tiempos.
Venid pues, porque la fuente
de mi misericordia se está derramando más abundantemente en estos días; venid
porque quiero atraeros a Mí, para que podáis gozar mañana de la vida
eterna. Haced mis primeros viernes y mi
hora santa; ofrecedlo todo por la sanación de vuestro árbol genealógico y por
vuestros familiares difuntos y antepasados y veréis grandes cambios en vuestra
heredad y en vuestras vidas. Ayudadme a
rescatar con vuestras oraciones, ayunos, sacrificios, y santas misas a las
almas más necesitadas de mi misericordia; no solo a las que yacen en la
eternidad, sino también a las que vagan por este mundo sin Dios y sin ley. Acordaos que respeto vuestro libre albedrío y
todo lo hago dependiendo de vuestras oraciones y súplicas. Os estoy esperando en el silencio de mi
sagrario; yo soy el tesoro escondido que andáis buscando; yo soy vuestra
salvación. Mi paz os dejo, mi paz os
doy. Arrepentíos y convertíos, porque el
Reino de Dios está cerca. Soy vuestro
Jesús Sacramentado. El amigo que nunca
falla.
Dad a conocer mis mensajes a
toda la humanidad.
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