¡YO SOY EL DIOS DE LOS VIVOS Y NO DE LOS MUERTOS!
NOVIEMBRE 02 DE 2012 8:15 A.M.
NOVIEMBRE 02 DE 2012 8:15 A.M.
Hijos míos: que mi paz esté con vosotros.
Mis palabras son vida y
esperanza para mi pueblo fiel. Mis palabras llenan de gozo el espíritu
de mi heredad. Mis palabras son agua viva que calman la sed de todos
aquellos que me buscan con sincero corazón.
Yo soy el Agua Viva y todo
aquel que beba de esta agua, no volverá a tener sed. Yo soy la Palabra
Viviente y todo aquel que me escuche y me ponga en práctica alcanzará la
vida eterna. Yo soy la vida que quiero derramar en vosotros, mis hijos
fieles.
Seguidme, no temáis y os
llevaré al paraíso eterno, donde vuestro gozo nadie os lo arrebatará;
caminad conmigo y permaneced en Mí, y nadie os podrá robar mi paz.
Ovejas de mi grey,
acostumbraos a vivir con lo necesario, no ambicionéis tesoros, ni
riquezas de este mundo, porque todo muy pronto pasará. Buscad vuestro
tesoro que soy Yo, y la vida eterna encontraréis.
Muy pronto hijos míos, lo que
llamáis dinero rodará por el suelo y con el dios de este mundo, rodarán
también todos aquellos que lo adoraron. La caída de los ídolos está por
darse; los dioses hechos por la mano del hombre en polvo se convertirán.
Los muertos enterrarán a sus muertos y todos aquellos que hoy me dan la
espalda, me buscarán y ya no me hallarán.
Angustiados gritarán: ¿Dónde está nuestro Dios que nos ha dado la espalda?
¡Señor, Señor, escúchanos!, y ya no habrá Dios que les responda.
Porque si no tuvieron caridad
conmigo, mi Madre y mis enviados, si no se acordaron de la viuda y el
huérfano; si no socorrieron al desvalido, ni calmaron la sed del
sediento y el hambre del hambriento, no podrán ser hijos míos y mi
respuesta será: ¡Apartaos de Mí!.
Hijos míos, ovejas de mi grey,
no pongáis vosotros vuestra confianza en las cosas muertas; buscad
mejor al Dios viviente en vuestros hermanos; Yo estoy en la viuda y el
huérfano, en el humilde, en el desvalido, en el de noble corazón que
teme a Dios y cumple sus preceptos. Yo soy el Dios de los vivos y no de
los muertos.
Enderezad vuestro camino un
vez más os lo repito, hijos rebeldes, para que no lloréis y os lamentéis
en la hora de mi Justicia que muy pronto tendrá su tiempo; no sigáis
aferrados a vuestras vanidades y a las vanidades de este mundo vano y
pasajero que muy pronto pasará para dar paso a la nueva vida. No os
aferréis a las cosas muertas, no os apeguéis a nada, que lo único que
debáis sea amor y más amor para con vuestro Dios y vuestros hermanos.
Porque en verdad os digo: Cielo y tierra pasarán, más mis palabras no
pasarán. Todo cuanto os he dicho en mi palabra se cumplirá al pie de la
letra; pueda ser que no sea tarde para muchos.
Estoy tocando de nuevo a
vuestras puertas hijos rebeldes, estoy por partir; no desatendáis mis
últimos llamados, ¡abridme!, quiero cenar con vosotros.
Soy vuestro Maestro y Pastor: Jesús de Nazareth.
Dad a conocer mis mensajes y propagadlos, ovejas de mi grey.
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