Mensajes de Nuestro Señor Jesús a Gustavo
PARA LAS ALMAS QUE NO POSEEN UN CENÁCULO Y DESEAN UNIRSE AL PEDIDO DE LA SANTÍSIMA MADRE (UNIÓN DE LOS CENÁCULOS EN EL MES DE NOVIEMBRE)
“Hijo
mío, haz de decirles a mis ovejas que no poseen un cenáculo y desean
acompañar a los míos en el pedido de Mi Madre, con el solo hecho de orar
el Santo Rosario con dedicación, ofrenda y dulzura en honor a la Santa Madre,
Mi Amada Madre, estarán unidos a los cenáculos por medio de su Sagrado e
Inmaculado Corazón. Toda persona que reza el Santo Rosario en familia
ya está formando un cenáculo.”
Viernes, 26 de octubre de 2012 a las 19:00 horas.
Buenos Aires – Argentina
Luego
de haber recibido el mensaje de Nuestra Señora sobre la unión de los
cenáculos, los pensamientos sobre la magnitud de tan grande pedido
escapaban a mi escaso entendimiento, entre tantas preguntas surgió una
en particular, cómo harían aquellas personas que no poseen algún
cenáculo donde reunirse y alabar al Señor y Señora, y que con profunda
entrega desean sumarse a sus hermanas y hermanos bajo una sola voluntad,
la de Dios; esa pregunta cobra realidad al recibir un escrito de un
hermana en la fe, la cual había recibido varias preguntas del mismo tipo
necesitando pronta respuestas. Entonces, durante mi viaje matutino con
rumbo al trabajo, acompañado de la recitación y meditación del Santo
Rosario,la Santa Madre con su Corazón expuesto como un
sol, me dice que el Señor Jesús dará la respuesta. Las tareas laborales
dieron inicio y al mediodía aproximadamente, se presenta en el Señor
expuesto bajo la forma del Santísimo Sacramento del Altar colocado en
una custodia dorada, muy preciosa. El Santísimo emitía una luz blanca
como la nieve pero su brillo era mayor al del sol, entonces escucho la
dulce voz del Señor Jesús que me dice:
“Hijo mío, te espero esta tarde en Mi templo.”
Llega
las horas de la tarde y estoy frente al Sagrario en la iglesia de
Cristo Obrero, allí escucho nuevamente la voz cálida del Señor que dice:
“Hijo
mío, haz de decirles a mis ovejas que no poseen un cenáculo y desean
acompañar a los míos en el pedido de Mi Madre, con el solo hecho de orar
el Santo Rosario con dedicación, ofrenda y dulzura en honor a la Santa Madre,
Mi Amada Madre, estarán unidos a los cenáculos por medio de su Sagrado e
Inmaculado Corazón. Toda persona que reza el Santo Rosario en familia
ya está formando un cenáculo. No se preocupen amadas ovejas que
vuestras oraciones de amor se convierten en una sola en Mi Infinita
Misericordia, vuestras oraciones son importantes más de lo que pueden
imaginar, son para los cenáculos la mano protectora de todo mal y
aliento para que puedan avanzar con un paso firme y seguro. Adelante
amadas mías, que vuestro Señor y vuestra Señora no abandonan a nadie, no
dejo a ninguna oveja a la merced de la noche, especialmente a la oveja
que clama confiada a vuestro Dios, esperando todo Él. Las bendigo en el
Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Vuestro hermano y
Señor, Jesús.”
Mensajes de Nuestro Señor Jesús a Gustavo
PARA LAS ALMAS CONSAGRADAS, LOS SACERDOTES.
“Cada
sagrario donde me encuentro, cárcel de amor, puesto a lado, mis amadas
almas no me visitan… En cambio, veo que en el altar, a escasos metros
esta el asiento de mi sacerdote como eje central. El hombre no es el
centro de Mi Iglesia, el puesto de precedencia está reservado para el
Rey de Reyes y no para el hombre. El centro y columna de Mi Iglesia Soy
Yo amadas almas consagradas, Yo Soy la Iglesia la cual la rijo colmada de dones y gracias. Si estuviera ubicado en el Centro de la Iglesia, mis amadas almas vendrían confiadas a visitarme, a abrazarme y recibir mi amor si temor.”
Viernes, 26 de octubre de 2012 a las 19:15 horas.
Buenos Aires – Argentina
Al
ingresar a la iglesia de Cristo Obrero, sentí una gran incomodidad,
algo me en mi interior me llevó a buscar la ubicación del Sagrario, una
vez encontrado algo de tranquilidad vino a mi alma, pero no del todo.
Mientras contemplaba el Sagrario y agradecía al Señor por permitirme
estar en su Santa Presencia, Su voz suave pero algo triste se hace
presente y me dice:
“Hijo mío, contempla donde estoy ubicado y que hay en el altar, anota cada detalle, es necesario”.
Respondo “Si, Señor mío. Intentaré ser lo más claro posible.” Al
ingresar a la iglesia el Sagrario estaba ubicado en el costado derecho
de la misma, el altar, conformado por dos escalones, la mesa del ritual
(desconozco su nombre), y
detrás de la misma, a escasos metros, hay un asiento (un sillón) de
grandes proporciones y muy bello, de madera y con partes de paño según
mi parecer. Detrás del asiento había una ventana de vidrios coloridos,
la cual hacía de pared de la iglesia, arriba del sillón colgado desde el
techo, había una cruz de madera con nuestro Señor crucificado. La voz
del Señor se hace presente y me dice que mire nuevamente donde estaba
Él y que escriba lo que siento al ver mirar el altar. Al mirar el
Sagrario mi alma sentía plena y con una gran alegría, en cambio al mirar
el altar el vacío y la ausencia de felicidad estremecían mi alma en un
gran dolor, todo era por la falta del Señor en el centro de la iglesia.
Las ofrendas y del ritual, los asientos de los sacerdotes y el Sagrario
conforman el altar, pero el Señor no estaba allí para completarlo. La
tristeza se hizo presente y el sufrimiento traspasó mi corazón
dificultándome la respiración. Los dolores iban y venían, pero cuando
retronaban eran más intensos que los anteriores hasta las lágrimas, por
lo que le pregunté al Señor qué sucedía. El Señor responde:
“Mis
amadas almas consagradas, mi amados sacerdotes, deseo hacerles una
pregunta. ¿Por qué me han colocado en un costado del altar, escondido y
abandonado?. Me colocan en un último lugar como si fuera un visitante
más dentro de mis santuarios. Cada sagrario donde me encuentro, cárcel
de amor, puesto a lado, mis amadas almas no me visitan, son pocas las
criaturas que saben a quien buscan, a Jesús Sacramentado. En cambio, veo
que en el altar, a escasos metros esta el asiento de mi sacerdote como
eje central. El hombre no es el centro de Mi Iglesia, el puesto de
precedencia está reservado para el Rey de Reyes y no para el hombre. El
centro y columna de Mi Iglesia Soy Yo amadas almas consagradas, Yo Soy la Iglesia la
cual rijo colmada de dones y gracias. Si estuviera ubicado en el Centro
de los santuarios, mis amadas almas vendrían confiadas a visitarme, a
abrazarme y recibir mi amor si temor. Al estar al costado, la confusión
se abate sobre las ovejas que vienen a buscar a su Señor y hermano, y
¿qué encuentran?, un altar vacío sin poder dialogar conmigo. Más de una
oveja al buscarme y no poder encontrarme da la media vuelta, se retira
desvalida y triste para ser presa de los lobos. Se va apenada y dolida
al no encontrar a su Amado Señor, su amado Dios, la poca fe que poseía
se desvanece en un descreimiento y todo aquellos que se relacione con
Dios. El hombre no es Dios, solo hay un solo Dios, Único y Verdadero, el
hombre no puede ocupar el lugar de Dios, el demonio engañó a los
primeros padres haciéndolos creer que era dioses y hoy hace lo mismo,
llevándolos directamente a la perdición. Mi enemigo, a través de ideas
venenosas contaminó a Mi Clero con pensamientos de renovación y cambio
de Mi Iglesia, para que Yo no ocupe el centro de Mis santuarios. Pero
pronto vendré a recuperar el lugar perdido y para muchas almas
consagradas será solo llanto y desesperación. La masonería, agente
infernal se infiltró en mi amada Iglesia para que mis almas consagradas
fueran desechándome hasta el olvido, colocando en Mi posición al mismo
hombre como origen de todo lo existente. Pronto, cuando menos lo
esperen, vuestros tronos y falsos dioses caerán estrepitosamente. Amadas
almas consagradas, deseo volver a recuperar Mi lugar, apresúrense a
reparar tal ofensa antes de que Mi Padre Eterno de la orden de Justicia.
Por vuestra supuesta libertad y apego a las cosas del mundo permitieron
que fuera humillado y vituperado repitiendo Mi Santa Pasión,
colocándome a un costado de mis santuarios, la herida de Mi Corazón es
abierta, cuando el romano me traspasó con la lanza, veía a mi a mis
sacerdotes personificados en el soldado romano que con sus alianzas y
pactos con el enemigo, amor a sí mismos y a los gustos de las riquezas
terrenales me hieren de muerte hasta el olvido como una simple leyenda,
un simple recuerdo de un hombre común que con nobleza se entregó por la
humanidad. Que solo soy una simple imitación seguir y no ha vivir en
plenitud junto a Mí. Les hablo con Misericordia y no con justicia,
porque di Mi Vida por ustedes por amarlos infinitamente. Vuestro Sumo
Sacerdote desea tomarlos de la mano para reparar lo dañando porque aún
queda tiempo, es pequeño, pero suficiente para girar el rumbo erróneo de
la brújula de vuestras vidas. Espero cada día vuestra respuesta. El
Señor espera, no me desprecien porque repiten los flagelos de la Pasión. El Concilio
Vaticano II fue el causante de tantos errores destructivos que
carcomieron lentamente los muros de Mi Iglesia, a pesar de que hubo
cambios buenos para el bien de mis amadas y fieles ovejas, fueron muy
pocos, la mayoría del humo infernal se entre mezcló con el aire puro
para los pulmones del alma, todo se confundió hasta el extremos de no
saber lo que es de Dios y lo que es de satanás. Solo un mínimo de mis
almas consagradas son capaces de discernir lo que es de la noche y lo
que es de la luz, pero son despreciadas por sus hermanos que han hecho
de ellos mismos el dios que buscan. Deseo que ningún sacerdote y alma
religiosa se pierda en el infierno, pero lo triste que son muchas las
almas consagradas que van directamente a las llamas que nunca se apagan
por cerrar las puertas al Dios de Dios, al cual dieron sus promesas
despreciándolas y para después, abrir las puertas de sus corazones al
príncipe de las tinieblas y convertirse en sacerdotes de las tinieblas y
dejar en el pasado lo que alguna vez fueron, sacerdotes de Jesucristo,
el Vencedor. ¿Ustedes, almas consagradas, también desean herirme?.
Cuando manifieste en el cielo el instrumento que venció a la muerte,
para toda la humanidad será terrible pero especialmente para los
sacerdotes que me desecharon y crearon un dios acorde a los gustos del
mundo, verán ante sus ojos cual fue vuestra participación en la Pasión y
al Hijo de Dios que ustedes mismo mataron y ha resucitado para los
fieles de Dios, cubierto de Gloria Eterna. Deseo que vuelvan pronto y no
que se pierdan, deseo amarlos y no abandonarlos. ¿Escucharán mis
últimos pedidos?. Vuestro hermano, Jesús.”
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