martes, 7 de mayo de 2013

¡EN LOS MOMENTOS DIFÍCILES QUE PASARÉIS, PERMANECED FIRMES EN LA FE, NO PERDÁIS NUNCA VUESTRA CONFIANZA Y ESPERANZA EN DIOS!

¡EN LOS MOMENTOS DIFÍCILES QUE PASARÉIS, PERMANECED FIRMES EN LA FE, NO PERDÁIS NUNCA VUESTRA CONFIANZA Y ESPERANZA EN DIOS!

MAYO 19 DE 2013 – 3:25 P.M.
LLAMADO DE SAN MIGUEL A LOS HIJOS DE DIOS

Gloria a Dios, Gloria a Dios, Gloria a Dios. Aleluya, Aleluya, Aleluya.

Que la paz del Altísimo esté con todos vosotros.

Hermanos: Orad por el Vicario de Cristo, porque grandes pruebas tendrá que enfrentar en su pontificado. Mi Padre por petición de Nuestra Señora y Reina, no permitirá que se desate todavía la guerra, todo será detenido por un corto espacio de vuestro tiempo. No descuidéis la oración, orad a todo instante, porque el mal os asecha y os ronda buscando la forma de haceros perder. Orad los unos por los otros y haced cadenas de oración para que debilitéis las fortalezas del mal. El tiempo de reinado del príncipe de este mundo está llegando a su fin, sus ataques serán más fuertes, por lo tanto, debéis de estar fortalecidos en la oración, con vuestra armadura bien aceitada y firme para que podáis resistir los embates del ejército de mi adversario.

Hermanos, el tiempo de las pruebas está por comenzar; seréis probados en la fe, en la caridad, en la humildad, en la obediencia y ante todo en el amor. Leed mucho la palabra de Dios y meditadla, para que podáis vencer las pruebas de fe a las que seréis sometidos. Rebaño que se disperse correrá el peligro de perderse; manteneos unidos en la oración y firmes en la fe, porque vendrán días difíciles donde tendréis que soportar el dolor de la purificación que se hará sentir en vuestro cuerpo, alma y espíritu. Perseverad, perseverad, para que podáis obtener la corona de la vida.

Aceptad con amor y ofreced a Dios cuanto revés os venga, no perdáis la cabeza, acordaos que todo hace parte de vuestra purificación. ¡Ay de los habitantes de la tierra que se niegan a escuchar la voz de Dios, porque grande será su tribulación!. Sin Dios no sois nada. Sin Él, no seréis capaces de superar la prueba. En los momentos difíciles que pasaréis, permaneced firmes en la fe, no perdáis nunca vuestra confianza y esperanza en Dios. Mi Padre pondrá a prueba la humanidad y permitirá que el adversario os tiente y pruebe vuestra fe. El amor hacia Dios y vuestros hermanos será vuestra fortaleza en los días de la prueba. Cuando llegue la hambruna, socorreos mutuamente, en las pruebas de fe, permaneced firmes y fieles a Dios. Cuando os sobrevengan las catástrofes y los desastres naturales, alabad a Dios. En la prueba del microchip, la marca de la bestia, no os dejéis marcar, sabed que mi Padre no os abandonará; Él, será vuestro alimento y sustento para su pueblo fiel. Cuando lleguen las persecuciones, mantened la calma y dejaos guiar por Nuestra Señora y Reina y por Mí, nada os pasará si confiáis en nuestra protección. Recordad todo esto en aquellos días y todo saldrá conforme a la voluntad de mi Padre.

Fe, Amor, Humildad, Caridad, Obediencia, Perseverancia y Confianza en el Señor, serán las fortalezas que harán de vosotros el Pueblo de Dios. Heredad de mi Padre, contad conmigo, cuando os sintáis desfallecer, llamadme y Yo, os levantaré; vendré con los Ejércitos de mi Padre a luchar por vosotros. ¡Tenedlo por Seguro!.

Hermanos, nosotros conocemos vuestra frágil y débil condición humana; llamadnos y gustosos acudiremos en vuestro auxilio; somos Arcángeles y Ángeles de la Milicia Celestial. Haced nuestro conjuro es de Gran Poder en la batalla espiritual, los demonios huyen con cada invocación que hagáis con fe; estamos para serviros, invocadnos con esta plegaria, decid así: Santos Arcángeles y Ángeles de la Milicia Celestial, venid en nuestro auxilio, os lo pedimos en el Santo Nombre de Yhavé, nuestro Padre y Padre vuestro. Dadnos vuestra protección y vuestro socorro a todo instante, para que podamos perseverar en la fe y alcanzar la Gloria Eterna. Amén.

Quien es como Dios. Nadie es como Dios. Vuestro Hermano Miguel y los Arcángeles y Ángeles de la Milicia Celestial.

Dad gracias al Señor, porque es bueno, porque es Eterna su Misericordia. Aleluya, Aleluya, Aleluya. Amén.

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