¡¡URGENTE!!
Mensaje del Señor Jesús para su pueblo amado en Argentina (Gustavo)
Buenos Aires, 19 de Mayo de 2013 – 23:36 horas
“Amados niños, mi pueblo fiel que escucha Mis Palabras y
vive mis enseñanzas. Pueblo que vives en medio de bestias hambrientas llenas de
odio hacia la luz que proviene de lo Alto. Escucho tus ruegos y llantos, veo
cuanto padeces por el pecado de tus hermanos que sean han alejado de la mano de
Dios. El tiempo de Misericordia para Argentina llega a su fin para dar lugar al
tiempo de Justicia y separar la cizaña del trigo. Arrepiente nación mía, porque mi mano
poderosa se desatará con furia sobre tus poblados, campos, valles y montañas,
confiesa tus pecados, busca a mis representantes y por medio de ellos te
abrazaré para darte el perdón. Amado pueblo, mis lágrimas llegan al suelo por
la desobediencia de mis criaturas. Por amor a las almas que me aman y batallan
cada día por mantenerse fieles a los Sagrados Corazones en el Amor de Dios,
intervendré poderosamente sobre esta nación. Para ello he inspirado a mi niño
amado a confeccionar un breve escrito con los
cuidados que deben tener en la hora de la prueba, pero deben saber que mi
niño no está solo, he llamado a otros dos niños (A y MCdV) para ayudarlo y
confirmar la tarea encomendada. En esta epístola les he dado las herramientas
necesarias para auxiliar y socorrer a otros en la hora mas cruenta para las
tierras del sur. Pronto, muy pronto será tomada por sorpresa y se acordará de
las advertencias que desechó (Argentina) por su soberbia y corazón duro como
piedra. No deseo que nada malo pase a mis criaturas, pero si no intervengo, mis
ovejas no podrán sobrevivir a tan alto nivel de pecado. El lodo nauseabundo
rebosó la copa de la ira de Dios y ha rodeado a los míos, que con sus Santos
Rosarios en mano, la espada de doble filo, luchan con valentía y bravura por
defender lo poco bueno que aún queda en este mundo. Debo intervenir prontamente
porque sus fuerzas se agotan. Un escrito he dado, les aviso
con algo de tiempo, escaso, pero tiempo al fin, para que se apresuren a
preparar lo justo y necesario para la
Hora del Señor sobre Argentina, es tan grande e infinita la Divina Misericordia,
que Dios les da los medios para prepararse. Oh, Argentina!. ¿Tú
también desecharás mis avisos como los de Mi Madre?. ¿Te comportarás como en
los tiempos de Sodoma y Gomorra y Noé?. Tantas señales y signos se te han
manifestado pero tu dureza de corazón y la mirada puesta en los falsos ídolos
te manipularon como a una marioneta. Almas consagradas, mis representantes, hagan ayuno, penitencia e
intensa oración para acortar el tiempo de sufrimiento para los habitantes
argentinos. El Ángel de Argentina, por mandato de Mi Padre, se ha
retirado, y ha dejado que el ejército de las tinieblas la zarandee como la
harina para el pan. Pero mis hijos amados, nada deben temer, mis amados y fieles
de su Señor y Señora, preparen sus hogares según mis indicaciones, cuando
llegue Mi Hora, quédense en sus hogares y esperen que el temblor pase, entonces
saldrán a ayudar a sus hermanos para darles consuelo y mostrarles cuanto Dios
los ama. La intervención de la Justicia Divina
también es acto de infinito amor, porque por medio del padecimiento lleva a la
criatura a mirar sus miserias, a verse tal cual transitaba por la vida,
engañada por el demonio, caminaba desnuda sin darse cuenta. Al verse en tal estado
pedirá clemencia y auxilio, será en ese momento en que los Sagrados Corazones
saldrán a su encuentro. Les daré las señales, cuando
vean que vuestros gobernantes son removidos de sus tronos y la naturaleza se
manifieste con violencia igual que sus habitantes, mis hijos sabrán que comienza la hora de la cosecha y mis Ángeles con
sus hoces en la mano, cortarán la maldad y la echarán al fuego eterno.
Oren, oren, oren por la conversión y salvación de las almas, oren para que
vuelvan al camino de Dios. Les imploro amadas almas,
vuestro Señor les implora orar por sus hermanos, porque Mi Padre ha dispuesto
la sentencia para las tierras lejanas del sur. Oren por las naciones
vecinas, porque también padecerán gran llanto. A mis hijos
amados, pido que sean fuertes y no teman, recurran al refugio de los Sagrados
Corazones, especialmente escóndanse en la Santa Llaga de Mi
Corazón.
Pasada la tormenta, vendrán años de paz para preparar la tierra y recibir a Mi
Rebaño disperso en el momento más feroz para el mundo. Les daré un gobernante
acorde a los mandatos divinos, un hijo amado que les dará consuelo a sus
corazones y los conducirá por el camino de santidad junto con mis sacerdotes.
No se detengan en especular el día y la fecha, les he dado cuales son las
señales, no se demoren, vayan corriendo a confesar sus pecados, vivir la Santa Misa y recibirme
en la Santa
Eucaristía para que Yo lo convierta en piedras
brillantes que reflejan la luz y el amor del Señor. Lean 1 Corintios 3, 7 – 23, y
Salmo 103. Que mis hijos fieles sean templo de Dios y dulce morada del
Santo Espíritu, y amorosos y misericordiosos como su Señor.”
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