¡EN MIS NUEVOS CIELOS Y EN MI NUEVA TIERRA SERÉIS SERES ESPIRITUALES DE NATURALEZA SEMEJANTE A LA DE MIS ÁNGELES!
Enero 3 de 2014 – 8:25 a.m.
LLAMADO DE JESÚS SACRAMENTADO A SU PUEBLO FIEL
Que mi paz esté con vosotros, hijos míos.
Todo está por comenzar, mi
justicia está tocando a la puerta. De nuevo os digo, estad alerta y
vigilantes, porque no sabéis ni el día, ni la hora, de la llegada del
hijo del Hombre. Más os digo, que está muy cerca; pero antes de que esto
suceda, debéis de ser purificados para que podáis estar conmigo en los
nuevos cielos y en la nueva tierra.
Se acercan hijos míos, los
días de la gran prueba donde seréis probados en el horno de la
tribulación; sin purificación no podéis habitar mi nueva creación. Si os
acogierais a mis preceptos y a mi misericordia, nada de lo que está por
venir os tocaría. Pero no, preferís caminar por el desierto, porque
sois una raza de dura cerviz. Vuestra sordera espiritual no os ha
permitido escuchar mi voz. Camináis por el mundo como potrillos
desbocados y amáis más al mundo que a mí.
En mi infinito amor y
misericordia no quiere veros perder; yo soy fiel y mi palabra es vida;
vida eterna que quiero derramar en abundancia sobre todos aquellos que
escuchan mi voz y ponen en práctica mis palabras. Mi aviso está cerca y
es la última puerta de mi misericordia abierta, antes de que llegue mi
justicia. Si al regresar a este mundo no cambiáis, os aseguro que os
perderéis eternamente. Porque el que quiera salvar su vida la perderá,
más el que la pierda por mí, la encontrará.
¿Qué sería de vosotros, si no
os enviara mi aviso?. Os perderíais, porque ningún mortal es capaz de
sobrellevar los días de mi justicia divina, sin la gracia que recibiréis
en la eternidad. Los días vienen acortándose más y más, cuando la
duración del tiempo llegue al límite de las doce horas, todo se
desencadenará. Os quedan milésimas de misericordia, aprovechadlas; no
las malgastéis; volved a mí que soy la vida para que mañana podáis vivir
eternamente.
Buscad la vida que soy yo;
aferraos a mí, como el sarmiento a la vid. Porque en verdad os digo que
todo aquel que se aparte de mí perecerá. Pueblo mío, se está acercando
la hora de mi próxima venida, alegraos y regocijaos en el Señor, porque
viene a restablecer el orden y el derecho y a reinar a su pueblo fiel.
Vengo como el Rey de Reyes con
toda mi gloria y esplendor; estaré con vosotros y entre vosotros
espiritualmente; me veréis, contemplaréis y me alabaréis junto con mis
Ángeles. Muchos de vosotros diréis: ¿será esto posible?; acordaos hijos
míos, que vais a ser transformados y purificados para que podáis estar
conmigo en mi nueva creación.
Los hombres viejos junto con
este mundo pasarán; nuevas criaturas seréis por la gracia de mi Santo
Espíritu, después de la purificación. De no ser así, no podreis entrar
en mi nueva creación, porque a mi Jerusalén Celestial no entrará el
pecado. En mis nuevos cielos y en mi nueva tierra seréis seres
espirituales de naturaleza semejante a la de mis Ángeles.
Alegraos pues pueblo mío,
porque se acercan los días en que veréis al Rey en todo su esplendor. Mi
Reino de paz, amor y gozo, os espera. No temáis a los días que se
avecinan, confiad en mí; permaneced en mi amor y el amor que todo lo
puede, hará que esos días de purificación pasen para vosotros como en
sueño. Mi paz os dejo, mi paz os doy. Arrepentíos y convertíos, porque
el Reino de Dios está cerca.
Vuestro Maestro, Jesús Sacramentado.
Dad a conocer este mensaje a toda la humanidad.
ENOCH
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