Llamados angustiosos del corazón Agonizante de Jesús
Junio 9 de 2012
7:52 p.m.
Hijos amados escuchad mi llamado angustioso, os espero en el sagrario para que mitiguéis mi dolor. Son muchos los dardos de desamor que atraviesan mi agonizante corazón. En el sagrario recibiréis la fuerza que necesitáis para enfrentar la dura prueba; en el sagrario recibiréis la sabiduría necesaria para no dejaros engañar por los falsos profetas; en el sagrario recibiréis la luz divina para no dejaros arrastrar por filosofías llamativas y extrañas; en el sagrario conoceréis el camino que debéis andar; en el sagrario conoceréis mis misterios divinos, profundizareis en la ciencia del cielo; en el sagrario os sentiréis protegidos cuando os sintáis asediados, perseguidos.
Os pido adoración y reparación eucarística porque son muchos los ultrajes que recibo diariamente en mi tabernáculo de amor divino, son muchos los pecados que me llevan de nuevo a una agonía y sufrimiento extremo.
La gran prueba ha comenzado, es necesario que oréis y pidáis mi protección divina. Satanás os asedia presto en devoraros, en arrastraros a las profundidades del averno. Cómo no lanzar un llamado angustioso a toda la humanidad si yace en un sueño profundo, como no lanzar un llamado angustioso a toda la humanidad si el hombre se destruye a sí mismo, como no lanzar un llamado angustiado a toda la humanidad cuando estáis próximos a un alumbramiento y nacimiento definitivo que hará historia.
Si queréis fortaleceros para el tiempo fuerte que os espera, venid al sagrario que os guardaré en uno de los aposentos de mi corazón eucarístico.
Amados míos, vivo un nuevo Getsemaní. El extenuante peso de mi cruz me hace tambalear. Venid y consolad mi agonizante corazón y escuchad mi voz desde mi excelso trono.
Reparad por vuestros pecados y los pecados de todos los hombres. Hoy me veis en la sencillez del pan consagrado, pronto me veréis vestido de majestad y gloria.
Amados míos, venid al sagrario, reparad mi corazón eucarístico maltratado y menospreciado por muchísimos de mis hijos y meditad en los lamentos divinos y desde esta pequeña porción del cielo en la tierra dirijo a toda la humanidad.
7:52 p.m.
Hijos amados escuchad mi llamado angustioso, os espero en el sagrario para que mitiguéis mi dolor. Son muchos los dardos de desamor que atraviesan mi agonizante corazón. En el sagrario recibiréis la fuerza que necesitáis para enfrentar la dura prueba; en el sagrario recibiréis la sabiduría necesaria para no dejaros engañar por los falsos profetas; en el sagrario recibiréis la luz divina para no dejaros arrastrar por filosofías llamativas y extrañas; en el sagrario conoceréis el camino que debéis andar; en el sagrario conoceréis mis misterios divinos, profundizareis en la ciencia del cielo; en el sagrario os sentiréis protegidos cuando os sintáis asediados, perseguidos.
Os pido adoración y reparación eucarística porque son muchos los ultrajes que recibo diariamente en mi tabernáculo de amor divino, son muchos los pecados que me llevan de nuevo a una agonía y sufrimiento extremo.
La gran prueba ha comenzado, es necesario que oréis y pidáis mi protección divina. Satanás os asedia presto en devoraros, en arrastraros a las profundidades del averno. Cómo no lanzar un llamado angustioso a toda la humanidad si yace en un sueño profundo, como no lanzar un llamado angustioso a toda la humanidad si el hombre se destruye a sí mismo, como no lanzar un llamado angustiado a toda la humanidad cuando estáis próximos a un alumbramiento y nacimiento definitivo que hará historia.
Si queréis fortaleceros para el tiempo fuerte que os espera, venid al sagrario que os guardaré en uno de los aposentos de mi corazón eucarístico.
Amados míos, vivo un nuevo Getsemaní. El extenuante peso de mi cruz me hace tambalear. Venid y consolad mi agonizante corazón y escuchad mi voz desde mi excelso trono.
Reparad por vuestros pecados y los pecados de todos los hombres. Hoy me veis en la sencillez del pan consagrado, pronto me veréis vestido de majestad y gloria.
Amados míos, venid al sagrario, reparad mi corazón eucarístico maltratado y menospreciado por muchísimos de mis hijos y meditad en los lamentos divinos y desde esta pequeña porción del cielo en la tierra dirijo a toda la humanidad.
Junio 8/2012
7:05 a.m.
Hijos amados, satanás quiere silenciar, callar a mis verdaderos profetas; profetas que son un estorbo a sus planes maléficos, profetas que quiere destruir, sacarlos de su paso porque su fin es inyectar veneno letal en la mayoría de sus hijos.
Aparentemente ha alcanzado victoria, aparentemente las fuerzas tenebrosas del mal son más potentes que las fuerzas del bien. Satanás sabe que le queda poco tiempo, satanás sabe que muy pronto será encadenado por un tiempo de mil años, por eso su afán desmedido de llevar al pecado a la humanidad, de prostituir a los pueblos peor que las ciudades de Sodoma y Gomorra.
Satanás persigue obstinadamente a los hijos de María, a los siervos de la esclava del Señor; el conocer que la mujer vestida de sol con su talón aplastará su cabeza: le produce cólera, enfado. Por lo tanto, hijo mío, escuchad mi llamado angustioso en este día; enrolaos en las filas del Ejército Victorioso de los corazones triunfantes, dejándoos guiar y conducir por su capitana, caminando tras sus huellas, preparándoos como apóstoles de los últimos tiempos y llevando mi mensaje consolador a toda creatura.
Satanás quiere obstaculizar mi obra, quiere sembrar caos y confusión en el corazón de mis hijos. Estad atentos para que distingáis los lobos disfrazados con piel de cordero. Estad atentos para que distingáis la voz de mis verdaderos profetas de los falsos profetas enviados por el príncipe de la mentira.
Consolad mi agonizante Corazón, el pecado ha deformado el alma de mis hijos. Algunos pueblos se asemejan a la gran Babilonia, pueblos que tarde o temprano estarán en mi tribunal divino para recibir el castigo merecido por sus culpas.
A vosotros amados míos os dejo la tarea de reparar por una humanidad somnolienta y aletargada, por una humanidad debilitada por las fuerzas del mal. Reparad por los pecadores, consolad mi agonizante Corazón mostrándoos al mundo como mis discípulos, como siervos de María, Madre de Dios y Madre vuestra.
Junio 05/2012
5:40 p.m.
Hijos amados, colaboradme en la salvación de las almas, haced penitencia por los pecadores, haced penitencia para que los hombres vuelvan sus corazones a Mí.
Mis llamados angustiosos van dirigidos para todos vosotros, no podéis continuar sumergidos en pozos de aguas putrefactas; ya es hora que cambiéis de vida, que os condoláis por la veces que habéis lacerado mi agonizante Corazón. Secad, pues, las lágrimas que corren de mis purísimos ojos, besad y adorad mis sagradas llagas. Interceded por un mundo indolente, frenético en su proceder.
No ahoguéis mi voz en vuestro corazón, dejad que cada una de mis palabras caigan como briza suave en vuestro interior y os embriague de amor.
Junio 4/2012
6:58 a.m.
Hijos amados, no endurezcáis vuestros corazones, ablandadlos a mi voz, sed sensibles a mis llamados angustiosos. Mi agonizante Corazón sufre y padece soledad, mi voz se pierde en el vacío de la mayoría de los hombres. Cómo quisiera que en este mismo instante la humanidad entera doblase sus rodillas, abajasen sus cabezas y me reconocieran como al Rey del universo; pero el hombre se ha desviado de camino, el hombre abusa cada vez más de mi misericordia, el pecado ha obnubilado sus conciencias, el pecado les ha hecho esclavos de satanás. Hoy que por providencia divina estáis frente a mi presencia, consolad mi agonizante Corazón, pedid y reparad por todos aquellos que son causa de dolor y de sufrimiento para mi agonizante Corazón.
Preparaos para el combate, para la guerra final. No tengáis miedo, el amor echa fuera el temor. No tengáis miedo, por qué no os decidís en este mismo instante en venir como la mujer pecadora, como María, y postraros a mis divinos pies, enjugarlos y ungirlos con el óleo de vuestro arrepentimiento, de vuestra contrición verdadera de corazón; mis lágrimas purificarán la suciedad de vuestros corazones, mi abrazo os fortalecerá para que emprendáis un nuevo camino.
El tiempo que estáis viviendo es un tiempo crítico, satanás y legiones de demonios andan afanosamente en búsqueda de almas; sabe que le queda poco tiempo, sabe que muy pronto la mujer vestida de sol aplastará con su talón su cabeza. Y cómo no prepararos para el desenlace final, cómo no hacer reparación de vuestros pecados si la justicia divina será descargada con toda su cólera sobre un pueblo renuente a mis llamados y a los avisos del cielo, sobre un pueblo que camina al borde de la perdición y del precipicio, pero mi Corazón sobreabunda en misericordia para con el pecador.
No esperéis ver cumplidas una a una las advertencias y profecías de mi Madre para convertiros y acudir al sacramento de la confesión. Es en este mismo instante que os llamo a rasgar vuestras viejas vestiduras y a revestiros con ropajes nuevos. El tiempo de la tribulación va en curso, el tiempo no será postergado, ha sido abreviado.
No quiero ver perecer a muchos de mis hijos, esta última oportunidad es para todos vosotros; sois libres en elegir la felicidad eterna, sois libres en optar por la condenación y desdicha por años sin fin.
Junio 4/2012
9:00 a.m.
Hijos amados, cómo pretendéis ganaros el cielo, si aún las cosas del mundo os atraen, mundo que os ha arrastrado por corrientes de pecado que ponen en alto riesgo la salvación de vuestra alma.
Cómo pretendéis ganaros el cielo si en vuestro corazón hay mosto, residuos de pecado que opacan mi luz divina, os arrebatan mis gracias.
Cómo pretendéis ganaros el cielo si aún no habéis tomado conciencia de una realidad, realidad que presento ante vuestros ojos pero estáis ciegos; os estáis dejando manipular por satanás, el pecado os puede más que la gracia, la virtud.
Cómo pretendéis ganaros el cielo si aún no tomáis tiempo para meditar en mi Evangelio, vivir de acuerdo a mis enseñanzas. Vuestra conversión no es perfecta, hay tinte de mundo en vuestras vidas, hay oscuridad que ensombrece mis bendiciones, mi raudal de gracia.
Cómo pretendéis ganaros el cielo si aún no habéis abierto vuestro corazón a mis llamados angustiosos, os resulta imposible creer en los profetas verdaderos, en las almas privilegiadas que tienen como misión anunciar mi segunda venida.
Cómo pretendéis ganaros el cielo si os halláis encajonados en una vida de pecado y de tinieblas. La razón os lleva a la duda, al escepticismo, a la incredulidad.
Cómo pretendéis ganaros el cielo si ni siquiera creéis en la existencia del cielo, purgatorio e infierno. Satanás ha puesto una venda en vuestros ojos y llegáis a pensar que el infierno se vive en la tierra, que el demonio es invención del hombre para reprimir, para coartar la libertad e impedir que el hombre se mueva y actúe inclinado bajo sus pasiones.
Cómo pretendéis ganaros el cielo si ponéis en tela de juicio mi verdadera presencia en la Hostia consagrada, si os atrevéis, algunas veces, a recibir mi cuerpo y mi sangre indignamente cuando estáis bebiendo y comiendo vuestra propia condenación.
Cómo pretendéis ganaros el cielo si os acomodáis a leyes perniciosas, leyes que van en contra de mi mandamientos, pretendéis siempre justificar vuestro pecado.
Cómo pretendéis ganaros el cielo si os da miedo el sufrimiento, abrazar mi cruz. No os atrevéis a caminar por caminos angostos y pedregosos, porque aún sois flojos en vuestra vida espiritual.
Cómo pretendéis ganaros el cielo si lleváis al cuestionamiento las profecías y advertencias de mi Madre. Discernid los mensajes que verdaderamente provienen del cielo. Estáis en la era de los falsos profetas, estáis en la era de los seudo-místicos. Satanás quiere entorpecer mi proyecto de amor trazado para este final de los tiempos, satanás siembra caos, confusión, él es remedo de Dios, imita lo bueno para que caigáis en sus mentiras.
Mis llamados angustiosos son una de las últimas tácticas del cielo para que os convirtáis, para que resistáis los días aciagos, antes del alumbramiento el dolor, la prueba os sacudirá.
Mis llamados angustiosos son una voz de alerta para toda la humanidad porque el día del gran aviso, el día del gran milagro están muy próximos.
Junio 3/2012
5:56 a.m.
Hijos amados, aún mis llamados angustiosos no han terminado, es urgente que volváis a Mí, que hagáis reparación por vuestros pecados. Os he demostrado mi misericordia, el gran amor que os tengo. No os dejéis desviar de camino, estáis en la era de los falsos profetas, profetas que siembran duda en el corazón de mis hijos, profetas que llevan al error y a la mentira. Pedid discernimiento de espíritus para que no seáis sustraídos de la verdad, las Sagradas Escrituras son fuentes de vida eterna, son manual de instrucción que os llevan a la salvación.
Mi llamado angustioso en este día es para que oréis y reparéis por todos los abortos del mundo entero. Desdichados de aquellos países que aprueban esta ley anti-natura, desdichados de aquellos países que con el aborto se ensañan en la vida de almas inocentes, haciéndose mártires desde el vientre de sus madres; desdichados estos países, el castigo divino es inminente. Mi Corazón agonizante es traspasado por una espada de dolor, no puedo contener las lágrimas. Tantas almas yacen en las profundidades del infierno por este horrendo pecado; pecado que ha llevado a la desdicha eterna a muchísimos de mis hijos.
No hay tiempo para que caminéis hacia atrás, no hay tiempo de cerrar vuestros oídos a mi voz, no hay tiempo de endurecer vuestros corazones a mis llamados angustiosos. La señal en el cielo, la muestra de mi omnipotencia en el firmamento llevará a muchos escépticos a creer en Mí. El gran día de la misericordia, el gran día de la iluminación de las conciencias despertará a muchísimos de mis hijos de su sueño letargo, muchos pecadores se acercarán al sacramento de la penitencia y harán reparación por sus múltiples debilidades.
La iluminación de las conciencias es un gesto de amor para una humanidad que se zambulle en el lodo de sus pecados.
La iluminación de las conciencias es una última oportunidad para que el pueblo desviado de mi camino regrese a Mí.
La iluminación de las conciencias abrirá vuestro entendimiento a una luz sobrenatural de que mi segunda venida está muy próxima.
La iluminación de las conciencias llevará a muchos de mis hijos al arrepentimiento y al camino de la cruz.
La iluminación de las conciencias es el puente que os conecta con un mundo nuevo, mundo renovado, plenamente transformado.
¿Por qué sentir miedo, experimentar ansiedad frente a los avisos del cielo, ¿por qué dar cabida a racionalismos inútiles cuando soy el Dios que todo lo puede? No endurezcáis más vuestros corazones en este día, sanad la herida abierta de mi hombro, el peso de mi cruz me hace tambalear, el peso de mi cruz sumerge mi Corazón en una profunda agonía. Si mis palabras os conmueven, sed mis Cirineos; si mis palabras tocan vuestro corazón, no permanezcáis adormilados, despertad y difundid al mundo entero mis llamados angustiosos porque el tiempo para instaurar mi reino en la tierra se os acerca.
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