miércoles, 21 de julio de 2010

LA DIVINA MISERICORDIA (HISTORIA, CORONILLA,LETANÍAS)

LA IMAGEN DE JESÚS MISERICORDIOSO

La imagen presenta a Cristo resucitado con las señales de la crucifixión en las manos y en los pies. Del Corazón traspasado (invisible en la imagen) salen dos rayos: rojo y pálido. Jesús preguntado por lo que significaban, explicó: El rayo pálido simboliza el agua que justifica a las almas, el rayo rojo simboliza la sangre que es la vida de las almas. Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de mi misericordia cuando mi Corazón agonizante fue abierto en la cruz por una lanza (299). Estos rayos representan, pues, los sacramentos y todos los dones del Espíritu Santo cuyo símbolo bíblico es el agua. Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la justa mano de Dios (299).

La imagen presenta, pues, la inmensa misericordia de Dios que fue revelada plenamente en el misterio Pascual de Cristo y que se realiza en la Iglesia con mayor plenitud a través de los sacramentos. La imagen ha de desempeñar el papel de un recipiente para recoger gracias y de una señal que ha de recordar a los fieles la necesidad de confiar en Dios y de ejercer misericordia hacia el prójimo. De la actitud de confianza hablan las palabras puestas en la parte de abajo de la imagen: Jesús, en vos confío. Esta imagen ha de recordar las exigencias de mi misericordia, porque la fe sin obras, por fuerte que sea es inútil (742).

Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la fuente de la Misericordia para recoger gracias. Ese recipiente es esta imagen con la inscripción: Jesús, en vos confío (327). Por medio de esta imagen colmaré de gracias a las almas, por eso que todas las almas tengan acceso a ella (570).

Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, en la hora de la muerte. Yo mismo la defenderé como mi gloria (48).

Me queman las llamas de la misericordia, deseo derramarlas sobre las almas de los hombres, Oh, qué dolor me dan cuando no quieren aceptarlas (...) Dile a la humanidad doliente que se abrace a mi Corazón misericordioso y yo la llenaré de paz (1074). La humanidad no encontrará la paz hasta que no se dirija con confianza a mi misericordia (300).

Habla al mundo de mi misericordia para que toda la humanidad conozca la infinita misericordia mía. Es la señal de los últimos tiempos. Después de ella vendrá el día de la justicia. Todavía queda tiempo, que recurran, pues, a la fuente de mi misericordia, que se beneficien de la sangre y del agua que brotó para ellos (848).

Antes de venir como el Juez justo, abro de par en par las puertas de mi misericordia. Quien no quiere pasar por la puerta de mi misericordia, deberá pasar por la puerta de mi justicia (1146).


LA CORONILLA DE LA DIVINA MISERICORDIA

En una ocasión, mientras iba por el pasillo a la cocina, oí en el alma estas palabras: Reza incesantemente esta coronilla que te he enseñado. Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como la última tabla de salvación.

Hasta el pecador más empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita. Deseo que el mundo entero conozca Mi misericordia; deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia. (687)

+ Promesa del Señor: A las almas que recen esta coronilla, Mi misericordia las envolverá en vida y especialmente a la hora de la muerte. (754)

Al entrar en mi soledad, oí estas palabras: Defenderé como Mi gloria a cada alma que rece esta coronilla en la hora de la muerte, o cuando los demás la recen junto al agonizante, quienes obtendrán el mismo perdón. Cuando cerca de un agonizante es rezada esta coronilla, se aplaca la ira divina y la insondable misericordia envuelve al alma y se conmueven las entrañas de Mi misericordia por la dolorosa Pasión de Mi Hijo.

Oh, si todos conocieran qué grande es la misericordia del Señor y cuánto todos nosotros necesitamos esta misericordia, especialmente en aquella hora decisiva. (811)

Mientras rezaba la coronilla, de repente, oí una voz: Oh, qué gracias más grandes concederé a las almas que recen esta coronilla; las entrañas de Mi misericordia se enternecen por quienes rezan esta coronilla. Anota estas palabras, hija Mía, habla al mundo de Mi misericordia para que toda la humanidad conozca la infinita misericordia Mía. Es una señal de los últimos tiempos, después de ella vendrá el día de la justicia. Todavía queda tiempo, que recurran, pues, a la Fuente de Mi Misericordia, se beneficien de la Sangre y del Agua que brotó para ellos. Oh almas humanas, ¿dónde encontrarán refugio el día de la ira de Dios? Refúgiense ahora en la Fuente de la Divina Misericordia. Oh, qué gran número de almas veo que han adorado la Divina Misericordia y cantarán el himno de gloria por la eternidad. (848)

Hija Mía, anima a las almas a rezar la coronilla que te he dado. A quienes recen esta coronilla, Me complazco en darles lo que Me pidan. Cuando la recen los pecadores empedernidos, colmaré sus almas de paz y la hora de su muerte será feliz. Escríbelo para las almas afligidas: Cuando un alma vea y conozca la gravedad de sus pecados, cuando a los ojos de su alma se descubra todo el abismo de la miseria en la que ha caído, no se desespere, sino que se arroje con confianza en brazos de Mi misericordia, como un niño en brazos de su madre amadísima. Estas almas tienen prioridad en Mi Corazón compasivo, ellas tienen preferencia en Mi misericordia. Proclama que ningún alma que ha invocado Mi misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido confusión. Me complazco particularmente en el alma que confía en Mi bondad. Escribe: cuando recen esta coronilla junto a los moribundos, Me pondré entre el Padre y el alma agonizante no como el Juez justo sino como el Salvador Misericordioso. (1541)

[...] y oí estas palabras: A través de ella obtendrás todo, si lo que pides está de acuerdo con Mi voluntad. (1731)

Coronilla que Jesús Misericordioso enseñó a Santa Faustina el 13 de septiembre de 1935

Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. AMÉN.

Dios te Salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. AMÉN.

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor. Que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen. Padeció bajo el poder de Poncio Pilato. Fue crucificado, muerto y sepultado. Descendió a los infiernos. Al tercer día resucitó de entre los muertos. Subió a los cielos. Está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la Comunión de los Santos, el Perdón de los pecados, la Resurrección de la carne y la vida eterna. AMÉN.

Al comienzo de cada decena:

Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero (una vez).

En cada cuenta de la decena:

Por su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero (10 veces).

Al terminar:

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero (3 veces)

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Santa Faustina - D. 1730

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LETANÍAS A JESÚS MISERICORDIOSO

/†\ Compuestas por el Padre Miguel Sopocko, confesor y director espiritual de Santa Faustina, preparado especialmente por el Señor para la Santa, durante los años que ella fue asignada al convento de Vilna. El proceso diocesano para su beatificación fue inaugurado el 4 de diciembre de 1987.

Señor, ten misericordia de nosotros,
Cristo, ten misericordia de nosotros,
Señor, ten misericordia de nosotros,
Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos.

Dios Padre Celestial
ten misericordia de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo,
ten misericordia de nosotros.

Dios Espíritu Santo,
ten misericordia de nosotros.

Santísima Trinidad un solo Dios verdadero,
ten misericordia de nosotros.

Jesús, rey de misericordia,
por quien fueron creadas las cosas
confiamos en ti. (a cada súplica)

Jesús, rey de misericordia, que has redimido al mundo:
Jesús, rey de misericordia, que nos has santificado:
Jesús, rey de misericordia, que nos has revelado el misterio de la Santísima Trinidad:
Jesús, rey de misericordia, que nos has manifestado la omnipotencia divina:
Jesús, rey de misericordia, que has creado los ángeles:
Jesús, rey de misericordia, que de la nada nos has llamado a la existencia:
Jesús, rey de misericordia, que abarcas todo el universo:
Jesús, rey de misericordia, que nos has dado la vida inmortal:
Jesús, rey de misericordia, que nos proteges de las penas merecidas:
Jesús, rey de misericordia, que nos libras de la miseria del pecado:
Jesús, rey de misericordia, que nos has confiado a María Virgen, Madre de Misericordia:
Jesús, rey de misericordia, que te hiciste hombre para sellar una Nueva Alianza:
Jesús, rey de misericordia, que sufriste la muerte para salvar a la humanidad:
Jesús, rey de misericordia, que escuchas a quien recurre a ti:
Jesús, rey de misericordia, que te anticipas con tu Gracia.
Jesús, rey de misericordia, que nos has revelado el Misterio de Dios:
Jesús, rey de misericordia, que nos has dado la Santa Iglesia:
Jesús, rey de misericordia, que nos has dado los sacramentos de la salvación:
Jesús, rey de misericordia, que nos limpias con los Sacramentos del Bautismo, Penitencia y Unción:
Jesús, rey de misericordia, que nos sostienes con los Sacramentos de la Eucaristía y del Orden:
Jesús, rey de misericordia, que buscas la conversión de los pecadores:
Jesús, rey de misericordia, que iluminas a los que no tienen fe:
Jesús, rey de misericordia, que santificas a los justos:
Jesús, rey de misericordia, que vives Resucitado con tus llagas:
Jesús, rey de misericordia, cuyo corazón es fuente de agua viva:
Jesús, rey de misericordia, alivio de los enfermos y sufrientes:
Jesús, rey de misericordia, consuelo de los afligidos:
Jesús, rey de misericordia, esperanza de los que desesperan:
Jesús, rey de misericordia, refugio de los moribundos:
Jesús, rey de misericordia, refrigerio de las almas del Purgatorio:
Jesús, rey de misericordia, corona de todos los santos:
Jesús, rey de misericordia, alegría de los bienaventurados:
Jesús, rey de misericordia, fuente inextinguible de milagros:

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nosotros.


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