sábado, 31 de julio de 2010

NI LA CREMACIÓN, NI LA COMUNIÓN EN LA MANO, PROVIENEN DE MÍ

¡NI LA CREMACIÓN, NI LA COMUNIÓN EN LA MANO, PROVIENEN DE MÍ! ¡LLAMADO URGENTE A LA HUMANIDAD! Agosto 08 de 2010 2:45 p.m.

Hijos míos, que mi paz os acompañe y la luz de mi Espíritu os guíe.

Ni la cremación de los cuerpos, ni la comunión en la mano provienen de Mí.

De nuevo os digo, polvo sois y en polvo os convertiréis. Tierra a tierra y espíritu a Dios (Eclesiastés 12.7).

Hijos míos, cuando yo hablo de tierra incluyo toda mi creación y en ella a vosotros; os lo repito: el cuerpo después de la muerte terrena debe volver a la tierra de donde salió y el espíritu debe volver a Dios que es de donde proviene. La descomposición de vuestro cuerpo debe llevarse a cabo por el proceso de la tierra, y no por el fuego. Que esto os quede claro: para que no sigáis pasando por el fuego a vuestros familiares; esta práctica es detestable a mis ojos. Las

tribus paganas no sólo inmolaban a sus hijos como ofrenda al dios baal y moloc, sino que también cremaban a sus muertos y los ofrecían a estos mismos dioses; por eso dije a Moisés y a Josué: Mi pueblo no debe imitar las costumbres de estas tribus paganas cuando ocupen la tierra que les daré por herencia, porque todas estas prácticas incluyendo la adivinación, la magia, la consulta de espíritus, etc., son abominables a los ojos del Señor vuestro Dios. (Deuteronomio 18.9.10).

En estos últimos tiempos la masonería eclesiástica bajo la dirección de mi adversario, ha venido implantando entre mis hijos estas detestables prácticas de la cremación y la comunión en la mano; os digo que esto en ningún memento ha sido aprobado por mis vicarios; estas prácticas paganas provienen como os lo estoy diciendo de la masonería eclesiástica que quiere a través de llamado Masterplan, socavar los lineamientos de la fe y la doctrina de mi Iglesia; su objetivo es destruir mi Iglesia. Acordaos de lo que dicen mis palabras: Mi Iglesia está construida sobre la firma Roca que soy Yo, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Cielo y tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.

La Comunión en la Mano

Hijos míos: Mi Cuerpo, mi Sangre y mi Divinidad, sólo pueden ser dados por manos consagradas; os lo repito; sólo por manos consagradas de mis sacerdotes y ministros. Me duele y entristece ver como profanáis mi Divinidad, tomándome con la mano; vosotros mis hijos laicos no sois dignos de ejercer este ministerio de la Eucaristía; esto compete sólo a mis sacerdotes y demás ministros de mi Iglesia. Vosotros mis pequeños debéis de ocuparos en otros menesteres dentro de mi Iglesia, pero nunca dando la comunión. ¡No ultrajéis mi Divinidad, porque soy Yo, Vivo y Real el que se hace Vida en vosotros en la sencillez de cada Hostia Consagrada!. Vuestras manos no son dignas para tomarme. Todos vosotros hijos de Adán traéis cargas intergeneracionales por pecados de vuestros antepasados en la línea paterna y materna, que entran en vosotros en el momento de la concepción; maldiciones de antepasados que la mayoría de las veces os hacen obrar en contra de vuestra voluntad. Hay generaciones enteras con espíritus de resentimientos, impurezas sexuales, adulterios, lujurias, homosexualismos, envidias, ocultismos, brujerías, etc. Ya entenderéis por qué no sois dignos de dar mi Cuerpo y mi Sangre?; diréis entonces que mis sacerdotes también traen estas cargas; tenéis razón en esto, pero con la diferencia que son mis consagrados y sólo a ellos dí la potestad de ejercer el ministerio de la Eucaristía.

¡Noli Me Tangere!. ¡No me toques!. Recapacitad pues hijos míos y dejad que mis sacerdotes ejerzan este ministerio. No ultrajéis más mi Divinidad y no hagáis más llorar al cielo con vuestra actitud. Porque en verdad os digo: De la forma como me tratéis, así también seréis tratados vosotros cuando os presentéis ante Mí. No os hagáis Reos de Culpa, para que no tengáis de qué lamentaros mañana. Soy vuestro Padre, Jesús Sacramentado. El Amado que no es Amado.

Enoch. www.mensajesdelbuenpastorenoc.org.










La correcta recepción de la Sagrada Eucaristía



Uno de los actos más grandes del amor de nuestro Señor que pudo habernos dejado es este augusto Sacramento de la Sagrada Eucaristía.

Durante la Misa, en el momento en que el sacerdote pronuncia las palabras de la consagración: “Este es Mi Cuerpo” y “Esta es Mi Sangre”, tiene lugar una conversión que sobrepasa todas las leyes de la naturaleza. Toda la sustancia del pan se cambia en toda la sustancia del Cuerpo de Cristo y toda la sustancia del vino se cambia en su Sangre, mientras que los accidentes o especies (por ejemplo, tamaño, forma, color, sabor, olor) permanecen invariables.

Esta doble consagración es conocida como transubstanciación y constituye un dogma de la Fe Católica, esto es, una verdad revelada por Dios y por consiguiente debe ser creída.

La Iglesia obliga a los fieles a recibir la Eucaristía al menos una vez al año.

Sin embargo, los fieles sensatos y vigilantes son los que reciben este Pan de los ángeles regularmente, o diariamente, en especial en estos días de oscuridad cuando literalmente todo el infierno está suelto sobre la tierra buscando a quién devorar (1. Pedro 5.8)

Asi como el cuerpo humano, también el alma necesita del alimento diario o si nó él pierde el valor y se vuelve presa fácil del maligno.

No hay mejor sistema de defensa o arma Divina que este Maná Celestial, especialmente contra las tentaciones de la carne. “La Sagrada Comunión es el remedio por el que somos liberados de las faltas diarias y preservados de los pecados mortales”. (Concilio de Trento).

Naturalmente uno debe estar libre de pecado grave para recibir a Jesús y entre mejor esté uno dispuesto, más enriquecedora y bendecida es esta unión con Jesús.

La forma en que uno reciba la Sagrada Comunión es vital para la integridad de este Santo Sacramento, y así Nuestra Señora y Nuestro Señor han hecho énfasis y han dado las siguientes tres directrices para la correcta recepción de la Sagrada Comunión:

De las manos consagradas de un sacerdote (nó diáconos o ministros extraordinarios).

En la lengua (no comunión en la mano o comunión del cáliz).

De rodillas (excusable solo por enfermedad).

Receive Holy Communion only from a priest, on the tongue while kneeling

Nada menos que la disciplina tradicional - observada por siglos hasta finales de los años 1960 - es la que es aceptada por el Cielo.

Conduzcámonos siempre de una forma tal, que refleje nuestra ardiente devoción y fe en la Presencia Real de Jesucristo, para que así los demás vean en nosotros un recuerdo de esta sublime verdad y un digno ejemplo para imitar

http://www.smwa.org/Spanish/Archivo_Indice.htm

Mensajes a Rosa Lopez de Nuestro Señor Jesús Cristo y Nuestra Madre Amantísima sobre Comunión en la Mano
1995-2000

Enero 19, 1995. Nuestra Madre Amantísima dijo: “Os aclaro: No Comulgar en pecado, Confesad primero. No tomar el Cuerpo de Mi Amado en vuestras manos.“

Mayo 22, 1995. Nuestro Señor dijo: “Hijita querida, Mi pequeña, os vuestro Padre Celestial... Cuando Yo instituí la Cena, entregue a Mis discípulos la Sagrada Hostia. En ese momento, funde la Iglesia con Mi Cuerpo y Mi Sangre... Fui el Primer Sacerdote, el Primer Obispo, El Primer Papa. Yo entregue en sus manos Mi Cuerpo, que fueron entregados por vosotros. Fíjate bien: Se los di en sus manos, y ellos a sus ves lo pasaron entre todos. Yo pregunto a vosotros, ¿quien entrega la Divina Hostia? ¿Mis discípulos? No, Yo, Primero en todo. Ellos fueron los primeros siervos Míos [sacerdotes] de Dios Hecho Hombre, Supremo en Todo por todos los siglos. ¿Quién debe administrar [la Comunión] en la Iglesia que Yo forme con Mi Cuerpo y Mi Sangre? Los sacerdotes, y si los feligreses son muchos, deben de otro sacerdote o monja administrar la Sagrada Eucaristía. Es por eso que os mando a Mi Madre, Madre de la Iglesia y los hombres, a reunir a Mis siervos y Mis hermanos en la Nueva Alianza, para que en una verdadera Comunión en el Espíritu Santo, arrepentios de ofender a Dios con sus actitudes negativas hacia Mi Cuerpo... El que divulgue Mi Palabra será grandemente bendecido. Amén.”

Junio 25, 1995. Nuestra Madre Amantísima dijo: “Condenados aquellos que toman el Pan de la Eucaristía como si tomara un pedazo de pan en un restaurante o en sus hogares, en un desayuno cualquiera. Esos quien sin ningún respeto toman el Cuerpo de Mi Bien Amado, están haciendo el juego al maligno al ultrajar de ese modo el Cuerpo de Jesús... Todo aquel que no se incline con respeto ante el Rey de Reyes, antes el Salvador, el Dador de Vida, el Cordero de Dios Hecho Hombre, que se Inmolo por todo vosotros, sois unos hipócritas, negadores de la Verdad que encierra el Divino Don... la Sagrada Hostia. No, Mis pequeños, no sabéis hasta que punto es un pecado eso que vosotros hacéis. Cada vez que toman en sus manos el Cuerpo de Jesús, están flagelando de nuevo a Mi Amado Hijo, Jesús. ¿Porque lo hacen, Mis pequeños? Mi Amado os llama en la Eucaristía a una conversión total, pero hacedlo con amor, reverencia y humildad, con verdadero respeto a Quien os ama y que os exhorta a Comulgar con devoción y regocijo.”

Julio 1995 (Sin Fecha). Nuestro Señor dijo: “Escribe en Malachias, que fue de los profetas menores, el último de ellos que luchaba en contra de la profanación de los sacerdotes de aquellos tiempos...: Capítulo 2, Versículos 1-2: ‘Ahora pues, para vosotros, oh sacerdotes, tengo este decreto: si no escucháis, ni os empeñareis en dar gloria a mi nombre, dice Yahvé de los ejércitos, enviare sobre vosotros la maldición, y maldeciré vuestras bendiciones y las he maldecido ya - porque no hacéis caso de Mi.’ Capítulo 1, Versículos 6-7: ‘El hijo honra al Padre, y el siervo a su amo. Ahora bien, ¿si yo soy padre, donde queda mi honra? Y si soy Señor, ¿donde esta el temor que me corresponde? dice Yahvé de los ejércitos a vosotros, sacerdote que despreciáis Mi Nombre, vosotros diréis, ¿en que hemos despreciado tu nombre? Ofrecéis en mi altar pan inmundo.’ Esto, Mi pequeña, es oración que se ajusta a los tiempos de ahora. ¿Y sabes porque? Porque hoy, los sacerdotes hacen el ofertorio en el altar del Señor, y en ese momento, el Cuerpo del Bien Amado está presente en el Santísimo Sacramento del Altar. ¿Pero que pasa cuando ese mismo sacerdote se Lo ofrece a Mis pequeños? Pues que toda la Dignidad y Sacrificio del Hijo de Dios es profanada y ofendida en el altar, en el mismo momento que ese Cuerpo Amado es entregado en las manos de los feligreses. Al mismo tiempo, con todas sus manos sucias del pecado del mundo, sucias del polvo de la calle y el sudor, es tocada y vituperada por los que deben en todos los momentos Honrar y Glorificar al Señor, Cordero de Dios, Que Quita el Pecado del Mundo...”

Febrero 4, 1996. Nuestra Madre Amantísima dijo: “Hijita Mía, no tengas miedo al taladrar con la Palabra de Jesús a los corazones de Mis hijos, esos pequeños que imaginan que no están cometiendo ningún pecado. Yo, vuestra Madre Amantísima, les pregunto a esos pequeños: ¿Vosotros no sabéis que parar que un sacerdote empiece a consagrar la Sagrada Hostia, tiene que pasar siete años purificando su cuerpo y su alma y dejar que el Espíritu Santo, con su Fuego Abrasador, les llene el corazón con el amor de Jesús y los llene con Su Luz, para que esa misma Luz ilumine a todo aquel que Confiese y Comulgue en perfecta armonía con Dios? Ante el Bien Amado, hijita querida, toda rodilla se doblará y toda frente o cerviz debe bajar...El amor de Jesús, hijita querida, es Infinito, pero Su Dolor también es Infinito cuando ve que el hombre ha perdido el respeto y reverencia ante Su Cuerpo y Su Sangre. No profanen más, Hijitos queridos, ese Acto de Amor, que es la Cena de Jesús. No lo sigan Crucificando con su desamor y su falta de respeto. Recordad que si vosotros abrís la boca y os arrodilláis frente al que Todo lo Dio por amor al mundo, el sacerdote no podrá negarse a consumar ese acto en la santidad de ese momento. Ayuden, Mis pequeños, a los sacerdotes, a volver a ese acto, con reverencia y respeto, que es Comulgar con Jesús.”

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