sábado, 24 de septiembre de 2011

Oct 26_11 El Respeto a la Sagrada Eucaristía explicada por Nuestro Señor Jesucristo. Imprimir E-Mail


Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J.V.

Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: El Respeto a la Sagrada Eucaristía explicada por Nuestro Señor Jesucristo.

Yo Soy Dios y Soy también hombre, pero no un hombre común y corriente sino un hombre en perfección. Muchos me quieren desacreditar quitandoMe Mi Divinidad y dejándoMe tan solo como un simple hombre con todos sus defectos y cualidades, os digo que en Mí, no hay defectos porque, aunque se Me veía como hombre, Mi Divinidad NUNCA se apartó de Mí desde Mi Concepción en el vientre purísimo de Mí Madre María.

Las manos de Mí Madre y de San José, eran manos SANTAS que me dieron todo Su Amor, cuidarón de Mí y se dieron en totalidad por Mí, por saber quién era Yo. Siempre Me respetarón y Me apoyarón, no cualquiera Me tocaba pero Yo si tocaba a todos los necesitados, los que humildemente se acercaban a Mi; solo en Mí Pasión tan dolorosa, manos impuras, pecaminosas, llenas de sangre por ser verdugos, tocaron Mi Divino Cuerpo y ése es el dolor que ahora siento con el Sacramento de la Eucaristía que os he dejado.

Yo bendije a Mis Apóstoles y los hice sacerdotes Míos, empezando con Pedro y les dí la Gracia de poder tocar Mí Divino Cuerpo en la Transubstanciación, que ahora muchos quieren desconocer, tanto Ministros de Mí Iglesia como fieles que van a ella. Mí Cuerpo y Mí Sangre son DIVINOS y manos no consagradas no deben tomarlos, aunque algunos ministros se hayan volcado hacia el mal, estos sufrirán grandemente el haber profanado Mi Cuerpo y Mi Sangre 

Preciosos porque, a pesar de su vida de pecado, Yo Me Manifiesto realmente cuando se dicen las palabras correctas de la Consagración, pero a veces llego a manos santas de buenos sacerdotes y a veces llego a manos pecaminosas, sucias de su maldad y llegar a éstos ministros se compara a los dolores que causaron en Mi Cuerpo Divino, los azotes de aquellos malvados verdugos.

Cada alma tiene su tarea en la Tierra y si Mis Ministros no están cumpliendo correctamente con la suya, a los fieles NO LES CORRESPONDE llevar a cabo ésta tarea, NO DEBEN TOCAR MI CUERPO, puesto que no fueron escogidos para ello. Solo en casos EXTREMOS Mí Iglesia da esta posibilidad, pero solo en casos EXTREMOS y de preferencia que sean DIÁCONOS, pero esta gracia solamente está reservada para manos puras, humildes, sencillas, y muy amorosas, como las de Mí Madre Santísima y de Mí padre San José.

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