sábado, 19 de mayo de 2012

LLAMADO ANGUSTIOSO DEL CORAZÓN AGONIZANTE DE JESÚS


Mensaje Mayo 20 de 2012
Mayo 20 de 2012
1:11 p.m.


Hijos amantísimos tomad muy en serio mis llamados angustiosos. Estáis viviendo un tiempo decisivo en la historia. No podéis seguir sumidos en un aletargamiento espiritual.

El cielo se comunica con vosotros, os avisa para que no seáis sorprendidos sin preparación alguna a mi pronto regreso, a mi segunda venida. ¿Por qué sentir miedo ante mis palabras si mi Sagrado Corazón sobre abunda en misericordia y en ternura de Padre para con todos vosotros? ¿Por qué vuestra tardanza en acoger con sencillez de espíritu las profecías de mi Madre dadas a lo largo de estos años? ¿ Por qué darle primacía a la razón cuando se os están revelando los misterios y secretos celestiales en este final de los tiempos?

Estáis en la hora final, hora en la que veréis aparecer en el cielo a la mujer vestida de sol, dispuesta a pisar con su talón la cabeza de la serpiente.

Estáis en la hora final, hora en la que veréis aparecer en el firmamento la gran señal, señal que os anuncia un nuevo amanecer.

Estáis en la hora final, hora en la que satanás será encadenado y arrojado a las profundidades del infierno por espacio de mil años.

Estáis en la hora final, hora en la que muchos incrédulos creerán en Mí, volverán sus corazones a mi Evangelio, a mi Palabra porque los acontecimientos hablarán por sí solos.

Estáis en la hora final, hora en que muchos inmigrantes se verán obligados a regresar a sus países de origen.

Estáis en la hora final, hora en  que el colapso mundial llevará a muchas naciones al empobrecimiento, a la ruina.

Estáis en la hora final, hora para que os arrepintáis y hagáis reparación por vuestros pecados.

Estáis en la hora final, hora de dar inicio a un proceso de conversión perfecta y transformante, conversión que os lleve a hacer vida en vuestra vidas mi Palabra.

Estáis en la hora final, hora en que los dolores de parto cesarán llevando a la humanidad a un nacimiento definitivo, nacimiento en que veréis cielos nuevos y tierra nueva.

Estáis en la hora final, hora en que los llamados angustiosos del Corazón agonizante de Jesús harán eco en el corazón de los sencillos y humildes.

Estáis en la hora final, hora de gracia y de reconciliación conmigo porque pronto mi reino será instaurado en la tierra.

Dadme un espacio en vuestros corazones y os concederé mi paz.

Dadme un espacio en vuestros corazones y experimentareis mi amor.

Dadme un espacio en vuestros corazones y seréis renovados, completamente transformados.

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