viernes, 25 de mayo de 2012

Llamados angustiosos del corazón agonizante de Jesús


Llamados angustiosos del corazón agonizante de Jesús
(Agustín del divino corazón)
Mayo 29 de 2012
6:50 a.m.

  Hijos amados aún estáis a tiempo, os espero, y seguiré esperando con mis brazos abiertos.

Anhelo el día en que lleguéis a Mí con lágrimas en los ojos, con corazón contrito y humillado.

Anhelo el día en que os postréis a los pies de mi cruz y reparéis por vuestros pecados y los pecados del mundo entero.

Anhelo el día en que abráis vuestras vidas a mi voz y mis palabras os conmuevan y os lleven a un cambio, a una conversión verdadera.

Anhelo el día en que mis llamados angustiosos produzcan fruto en vuestra vida espiritual.

Anhelo el día en que sintáis hambre y sed de mi Palabra.

Anhelo el día en que vuestros ojos se levanten hacia el cielo y pidáis perdón y misericordia por un mundo fatuo, endurecido, apartado de mis leyes.

Anhelo el día en que sintáis la necesidad de reconciliaros conmigo en el sacramento de la confesión, sacramento que renovará vuestros corazones dejándolo nuevo.

Anhelo el día en que los soberbios, orgullosos vuelvan sus miradas a mis mensajes y a los anuncios profetizados por mi Madre.

Anhelo el día en que la humanidad entera doble sus rodillas y esperen con ansias mi segunda venida.

Amados míos, como silenciarme, como no daros a conocer estos mis últimos llamados angustiosos porque estáis al borde del cataclismo, al borde de ver cumplidas las profecías marianas.

Como guardar silencio si aún no os despertáis, no tomáis conciencia de la premura del tiempo, tiempo que sufrirá variaciones, cambios notorios para que las almas más empecatadas regresen a Mí, para que los alejados de mi camino anden de nuevo por las sendas angostas que llevan al cielo.

Como guardar silencio si estáis en la hora, en el tope  del gran milagro, de la gran señal pero aun así satanás os hace dudar de mis profetas, de mis mensajeros de este final de los tiempos, satanás os ha anestesiado para que permanezcáis somnolientos, sordos a mi voz, insensibles a mis llamados.

Como guardar silencio si el mundo se haya envuelto en una densa capa de oscuridad, mis rayos de luz son imperceptibles para la mayoría de mis hijos, mis mandamientos, mi Palabra es cambiada por leyes humanas que justifican el pecado.

Como guardar silencio si fuertes vendavales, huracanes impetuosos os harán tambalear.

Amados míos, el tiempo se os acaba, volved a Mí, daos la oportunidad de vivir una experiencia de amor conmigo, daos la oportunidad de reivindicaros  ahora que estáis vivos, daos la oportunidad de hacer penitencia y sacrificios para que seáis vencedores sobre las fuerzas del mal.

Orad, la tierra ruge desde dentro.

Orad la naturaleza se despierta para demostrarle al hombre mi omnipotencia, mi soberanía sobre toda creatura.

Orad para que mis palabras conmuevan al mundo entero y se preparen para el combate espiritual y batalla que pronto llegará a su final.

El gran amor que os tengo hace que mire con ojos de benevolencia a algunas almas elegidas en el mundo y les haga mis profetas, porta voz del cielo en la tierra.

Os bendigo y os revisto de fuerzas para que aguantéis la dura prueba.

 

Mayo 29 de 2012
7:10 a.m.

 

No os apartéis de mi lado, aun mis palabras no han terminado, en este día quiero sensibilizar vuestros corazones, ablandarlos a mis llamados angustiosos.

Venid por un instante al monte Calvario, al Getsemaní de los sagrarios y escuchad como los latidos de mi agonizante corazón van cesando, lentamente se van perdiendo en el tiempo y en el espacio y pronto me oiréis decir: Padre en tus manos encomiendo mi espíritu, por aquellos hijos míos que aun yacen en el lodo de sus pecados.

Padre en tus manos encomiendo mi espíritu, para que el hombre entienda y comprenda que solo es grande cuando está de rodillas ante mi presencia, cuando me reconoce como a su Señor, como al dador de vida.

Padre en tus manos encomiendo mi espíritu, para que el mundo comprenda que sin Dios no hay salvación.

Padre en tus manos encomiendo mi espíritu, para que la humanidad entera se prepare a beber el cáliz de la amargura, solo los fuertes, los que se acojan a mi amor y misericordia aguantarán la prueba.

Padre en tus manos encomiendo mi espíritu, para que los impíos, los que andan por caminos equivocados enderecen sus sendas y regresen a Mí. A todos quiero salvar, no quiero que ninguno de mis hijos se condene.

Derrotemos juntos las fuerzas del mal.

Derrotemos juntos al adversario y sus secuaces.

Muchas almas han caído en las profundidades del averno, muchas almas caminan al borde del precipicio.

Sed luz en un mundo de oscuridad.

Sed receptivos a mis llamados angustiosos.

Muy pocos me escuchan, muy pocos se acercan a Mí para consolar mi agonizante y sufriente corazón.

Bebed una dosis de mi amor y de mi paz.

No estáis solos, mi Madre y Yo os acompañaremos siempre.

Mayo 28/2012
6:45 a.m.

Hijos míos, me encuentro atado a una columna, bruscamente me han amarrado, con crueldad han azotado mi cuerpo santísimo. Mirad mi piel despellejada, mis heridas abiertas, heridas de las que fluye mi Sangre preciosa, Sangre preciosa que os lava, os purifica de toda inmundicia y todo pecado.

Miradme atado a la columna preparándome para abrazar el madero de la cruz, el tronco de victoria que os absolverá de toda culpa y os dará salvación y vida eterna.

Miradme atado a la columna, fuertes latigazos descargan sobre Mí. En mi silencio pido perdón al Padre Eterno por estas almas que maltratan cruelmente al Hijo de Dios, al Cordero Inmolado que con su muerte dará vida a todos los hombres que se abren a la gracia divina.

Miradme atado a la columna pensad en qué estado se encuentra mi Corazón sacratísimo, Corazón que sólo sabe amar y perdonar, Corazón fuente de misericordia para los pecadores. Condoleos del Mártir del Gólgota, uníos a mi sufrimiento y consolad mi agonizante Corazón.

Escuchad mi llamado angustioso porque muchos de vosotros estáis atados a la columna del vicio.

Estáis atados a la mediocridad y superficialidad.

Estáis atados a una vida sin sentido, vida despilfarrada.

Estáis atados a la columna de una falsa piedad, porque algunas veces escondéis lo malo, os disfrazáis con apariencia de buenos, faltándoos conversión de corazón, faltándoos compromiso serio y decidido en seguir mis huellas, en caminar tras la voz del único Pastor.

Estáis atados a la columna de la tecnología y de la ciencia. Cómo pretendéis ahondar y descubrir en mis misterios divinos bajo supuestas teorías que os llevan a la verdad, cuando mi misterio es ilimitado e infinito, cuando mi ciencia es inabarcable.

Estáis atados a la columna de un racionalismo equívoco, no queréis aceptar un Espíritu Santo vivo, os tapáis los oídos a la voz de mis profetas. Cerráis vuestros corazones a mis llamados angustiosos, llamados que muchas veces meten el dedo en la llaga y os hacen llorar, remorder vuestras conciencias porque en el fondo de vuestros corazones reconocéis vuestras equivocaciones, debilidades.

Estáis atados a la columna de la inconciencia, del mutismo espiritual. Por momentos mis palabras os conmueven, por momentos os proponéis un cambio en vuestras vidas y después mis palabras se pierden en el vacío inmenso de vuestras almas, mis palabras chocan con la dureza y testarudez de vuestros corazones.

Estáis atados a un mundo que evoluciona y cambia, mundo apático a mis leyes y a mi Evangelio, mundo convulsionado y agitado, mundo que ha caído en las redes oscuras de satanás.

Estáis atados en la columna del pecado, dejadme en este día soltar de vuestras manos las cadenas que os aprisionan y os hacen esclavos del demonio. Dejadme en este día sanar con mi Sangre preciosa la lepra de vuestro corazón, dejadme en este día abrir vuestros ojos, destapar vuestros oídos y sensibilizar vuestros corazones a mis llamados angustiosos porque muy pronto la voz de los profetas se silenciará, muy pronto desearéis escuchar de mi Palabra y no encontraréis quién os la predique, muy pronto me veréis vestido de majestuosidad descendiendo a la tierra para juzgar con misericordia y justicia al mundo entero.
 


Mayo 28/2012
9:30 a.m.


Amados míos, quiero dejarme encontrar por cada uno de vosotros, tantas veces os he buscado, pero sois sumamente escurridizos. Hoy rendíos por entero a mi Divina Voluntad, dejaos seducir por Mí, no tendréis más penurias, no tendréis más sufrimientos porque, aún, la cruz la sentiréis demasiado liviana. No os dejéis abstraer por las corrientes del mundo, podréis ser arrasados, desviados de camino; podréis caer en peñascos sin salida.

Algunos de vosotros os preguntáis del por qué de mis llamados angustiosos y os respondo: sois la razón por la cual morí en una cruz, sois el motivo por el cual me he quedado presente en la Sagrada Hostia hasta la consumación de los siglos; sois las niñas de mis ojos, por eso mi mirada de amor y misericordia jamás se apartará de vosotros.

Temo que seáis arrancados de mi seno Paterno. Abrid vuestros ojos y permaneced en vela porque tenéis muchos enemigos a vuestro alrededor, enemigos que os pueden llevar a la condenación eterna, enemigos que os pueden absorber en un mar de mentiras.

Dejad que os muestre el camino que debéis andar. Dejad que ilumine vuestros pasos para que os encontréis Conmigo. Dejad que os despierte de vuestro aletargamiento espiritual y toméis conciencia de mi pronto regreso, toméis conciencia de la urgencia de convertiros de corazón, de hacer reparación por vuestros pecados y de prepararos para la dura prueba.

Mis llamados angustiosos van dirigidos para toda la humanidad. No hablo en particular porque si de nuevo tuviese que descender a la tierra a sufrir, a padecer en mi sagrada pasión gustosamente lo haría.

La sucesión de los acontecimientos, las advertencias profetizadas por mi Madre continúan su curso; el tiempo no se detendrá, antes bien, ha sido abreviado para no correr el riesgo de que muchas almas se me pierdan.

No dejéis que el temor, el miedo se aniden en vuestro corazón, tened una confianza excesiva en Mí. No pereceréis si sois obedientes a mis mandatos, sólo os pido humildad, sencillez de corazón para que mis llamados angustiosos hagan eco en lo profundo de vuestro ser y os lleven a un cambio.

Amados míos, estáis en el tiempo en que abundan los profetas, mensajes pululan por doquier. Tened cuidado, discernidlos bajo la luz del Espíritu Santo, para que no os dejéis engañar y caigáis en el error. Acercaos a las Sagradas Escrituras, allí lo encontraréis todo. Recordad que satanás imita lo bueno, orad más bien por los seudo-profetas y seudo-videntes que se atribuyen gracias y dones sobrenaturales sin que Yo se los haya otorgado.
Hoy que os encontrasteis Conmigo y que pudisteis escuchar mi voz mezclada con llanto y tristeza, venid al monte Calvario y consolad mi agonizante Corazón porque el mundo no está preparado para mi pronto regreso, el mundo anda en un afán desmedido de buscar placer, posesiones y son pocos los que saben que el mundo será transformado, volverá al orden primero de la creación. Sed santos, predicad con vuestro testimonio de vida y llevad la Buena Nueva a toda creatura.

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